Las tarjetas son algo común al momento de celebrar un cumpleaños, sin embargo, para Sophia y Rose, un par de gemelas de cuatro años de Reino Unido, esta es la única manera de tener palabras de su padre muerto, quien decidió escribirles felicitaciones hasta que sean adultas.
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La enternecedora iniciativa la tuvo Nick Keenan, padre de las gemelas, quien partió del plano terrenal por un glioblastoma cuando ellas tenían solo 17 meses.
La historia, difundida por el Daily Mail, relata que Nick fue diagnosticado con un tumor cerebral del tamaño de una pelota de tenis en 2015, por lo cual debió someterse a procedimientos quirúrgicos altamente invasivos, tratamientos y medicación para salvar su vida.
Victoria, esposa del fallecido, recuerda que en ese momento Nick era el soporte de la familia y tenía una fuerza extraordinaria, llegando a "trabajar todos los días de su radioterapia y quimioterapia".
A pesar de las adversidades, decidieron someterse a un tratamiento de fecundación in vitro para poder tener hijos, algo que dio frutos en 2019, cuando recibieron en su hogar a Rose y Sophie.
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"Simplemente seguimos con nuestra vida normal y pensamos que estábamos ganando", expresó la joven madre, quien admitió que las cosas cambiaron radicalmente cuando a finales de ese año, cuando las gemelas solo tenían 6 meses de edad, Nick comenzó a mostrar problemas al momento de hablar.
Con el presentimiento de que algo bueno no saldría de estos síntomas, decidieron celebrar la época de fin de año por todo lo alto, mientras conseguían que un especialista lograra verlo.
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En marzo de 2020, justo cuando iniciaba la pandemia por COVID-19, recibieron la noticia de que el tumor se había convertido en un glioblastoma, una forma agresiva de cáncer cerebral que se origina en las células gliales del cerebro.
El glioblastoma se considera un tumor de grado IV, lo que significa que es altamente maligno y crece rápidamente. Este es el tipo de tumor cerebral primario más común y letal en adultos.
El pronóstico no fue favorecedor y, aunque se sometió a ensayos clínicos para luchar contra la enfermedad, terminó falleciendo solo 9 meses después de la noticia.
Antes de morir, y con el panorama de que no podría ver crecer a sus hijas, decidió escribirles cartas de cumpleaños para que durante 30 años, de alguna manera, pudiera acompañarlas y tuvieran su amor de cerca.
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"Con suerte, les dará una mejor idea de dónde estaba en esa etapa de su vida", expresó la viuda, quien se ha unido con organizaciones médicas para luchar por recursos para que se realice una mayor investigación científica acerca del tema de tumores cerebrales.