Imágenes sin precedentes de una manifestación de centenares de simpatizantes de Donald Trump, que terminaron irrumpiendo en el Capitolio de losEstados Unidos , le dan la vuelta al mundo.
Los partidarios del republicado, ondeando sus banderas azules y vistiendo sus sombreros rojos de campaña, ingresaron al edificio y llegaron hasta la cámara de debate.
Una foto viral en Twitter mostró a varios hombres de seguridad, vestidos de civil, apuntando con pistolas a quemarropa a través de la ventana rota de una puerta para evitar que alguien más ingresara.
Los legisladores recibieron máscaras para protegerse contra los gases lacrimógenos mientras se apresuraban a ponerse a salvo.
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Para los que huían, era una carrera contra el tiempo: los manifestantes entraban tan rápido como los miembros del Congreso podían salir. Algunos manifestantes incluso ocuparon la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
"No he visto nada como esto desde que me desplegué en Irak", dijo a CNN Mike Gallagher, un legislador republicano y veterano militar.
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Trump expresó todo el tiempo que quería evitar que el Congreso certificara oficialmente la victoria electoral del demócrataJoe Biden y no había forma de que pudiera hacerlo legalmente.
Aun así, lo intentó. Amenazó a su vicepresidente, Mike Pence, quien debía presidir la ceremonia.
Pero Pence replicó que no tenía margen constitucional.
Así que los partidarios de Trump intervinieron, al menos, descarrilando temporalmente los procedimientos, literalmente, paralizando la democracia.
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