Familiares de los rehenes irrumpieron este lunes, 22 de enero de 2024, una reunión en la Knéset (Parlamento israelí) en protesta por los más de cien días de cautiverio de sus seres queridos a manos de Hamás en la Franja de Gaza y para demandar un acuerdo inmediato.
"Todos los demás asuntos pueden esperar. Pero los rehenes no tienen más tiempo", explicó en un comunicado el Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos, justificando la protesta después de que la víspera mandaran una carta a la Secretaría de la Knéset "implorando que no se ocupen de nada que no esté relacionado con el regreso de los rehenes".
Al no recibir respuesta, algunos familiares rompieron el cordón de seguridad y penetraron una reunión del gabinete de finanzas, según informan medios locales.
El pasado domingo, estos mismos familiares convocaron una acampada frente a la residencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, donde esta noche se esperaban nuevas protestas, precedidas por manifestaciones masivas en varias ciudades del país.
El primer ministro se reunió este lunes con algunos de los familiares, a quienes aseguró que no existe "una propuesta real de Hamás", según un comunicado de su oficina, después de que el domingo saliera a la luz que Catar y Egipto tratan de impulsar nuevas negociaciones que contemplarían un alto el fuego y la retirada de tropas israelíes de Gaza, a cambio de la liberación de todos los rehenes en 90 días.
El plan de 90 días proponía un alto el fuego duradero durante el que Hamás liberaría a todos los rehenes civiles, mientras que Israel excarcelaría a cientos de presos palestinos, se retiraría de las ciudades gazatíes, permitiría libertad de movimiento en el enclave, cesaría el uso de drones y duplicaría la cantidad de ayuda que permite entrar.
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En una segunda etapa, Hamás liberaría a las mujeres soldados y los cadáveres de cautivos e Israel excarcelaría más prisioneros, mientras que, en la tercera fase, Israel retiraría sus tropas a la frontera de Gaza y el grupo islamista terminaría de liberar a todos los rehenes soldados y hombres en edad de luchar.
El brutal ataque de islamistas causó más de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados, de los que 105 fueron liberados en una primera tregua y única con Hamás en noviembre, a cambio de la excarcelación de 240 presos palestinos. Se estima que 136 personas continúan retenidas, pero al menos 27 de ellas ya estarían muertas, según información de inteligencia de Israel.