Durante las audiencias en las que Nikolas Cruz es formalmente condenado a cadena perpetua, los padres y familiares de las víctimas hablaron con indignación al joven autor de la matanza en 2018 en una escuela secundaria de Parkland, sur de Florida, EE. UU.
"Es un sociópata que no merece vivir entre nosotros", dijo en un tribunal de Fort Lauderdale, al norte de Miami, Max Schachter, padre de Alexander, una de las 17 víctimas mortales en el tiroteo que cometió Nikolas Cruz con un rifle de asalto en la secundaria Marjory Stoneman Douglas (MSD).
En las audiencias, los familiares han podido, por primera vez desde que comenzó el proceso judicial, dirigirse directamente al confeso asesino, y lo han hecho en duros términos mientras expresaban la devastación y el impacto que el joven, ahora de 24 años, ha producido en sus vidas tras la muerte de sus seres queridos.
Nikolas Cruz solo puede ser condenado a pasar el resto de su vida en prisión, sin derecho a libertad vigilada, debido a que el jurado no logró la unanimidad requerida por ley para recomendar la ejecución -votaron así 9 de 12-.
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Schachter es uno de los familiares que ha expresado su indignación por el hecho de que al joven se le perdonó la vida y descargó parte de su rabia contra el argumento de la defensa, según el cual la matanza tiene su origen en los daños cerebrales que sufrió el homicida a causa del consumo de drogas y alcohol por parte de su madre mientras estaba embarazada.
Un acto de pura maldad
"Aquí no hay daño cerebral y es un insulto para la gente que realmente lo tiene", exclamó el progenitor, quien durante su testimonio hizo un pormenorizado recuento de todo el tratamiento médico y psicológico que recibió el joven a lo largo de su vida. "(El tiroteo) fue un acto de pura maldad", aseveró.
Momentos antes, Debra Hixon, esposa del entonces director deportivo de la escuela Christopher Hixon, también abatido por Nikolas Cruz, fue la primera en brindar su testimonio en la sala presidida por la jueza Elizabeth Scherer y durante el cual rememoró a su marido, un veterano de la Marina de EE. UU. al que el joven remató cuando ya estaba herido.
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"Nos lo robaste y no recibiste la justicia que merecías. No hay ninguna circunstancia atenuante que supere la forma atroz y cruel en la que nos lo robaste", dijo la mujer, vestida íntegramente de negro. "Cada respiro que tomas es un respiro que robaste", añadió.
Durante la audiencia, Nikolas Cruz escuchó los testimonios imperturbable, esposado, vestido con traje de presidiario naranja y con una máscara facial.
"No es un ejemplo de justicia", se lamentó a su turno Megan Petty, hermana de Alaina Joann Petty, en alusión a la sentencia recomendada por el jurado.
La profesora de arte Stacey Lippel, una de las 17 sobrevivientes del ataque, a los que también se les permite brindar en estas audiencias un último testimonio, señaló que "estaba rota" tras la masacre, en la que perecieron dos de sus alumnos, Meadow Pollack y Joaquin Oliver.
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"Gracias a ti, compruebo todas las salidas donde quiera que esté. Gracias a ti, pienso en el peor de los casos para mí y mi familia. Gracias a ti, nunca me volveré a sentir segura. No tengo perdón en mi corazón para ti. Eres un monstruo sin remordimientos y cada aliento que tomas es un aliento desperdiciado", manifestó.
Rumbo a una prisión de máxima seguridad
Uno de los que decidió no brindar su testimonio fue Fred Guttenberg, padre de la asesinada Jaime Guttenberg, quien en una cadena de mensajes que publicó en su cuenta de Twitter señaló: acudir a la corte "simplemente no cambiará la realidad o la forma en que me siento".
"Mi vida ya no depende del resultado de este juicio y dar otra declaración de impacto no me hará sentir mejor, por lo que no lo haré hoy", dijo.
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El joven será trasladado desde la cárcel del condado de Broward en la que se encuentra a un centro de procesamiento del sistema correccional de Florida y luego a una prisión de máxima seguridad, donde previsiblemente al comienzo estará separado del resto de presos en virtud de un programa de protección.
En algún momento, posiblemente en unos años, los funcionarios de la prisión finalmente considerarán que es seguro ponerlo junto al resto de la población carcelaria.