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Por primera vez desde su mandato, el papa Francisco I ha cumplido más de diez días hospitalizado. Lo anterior, aunque marca cierta preocupación por parte de la Iglesia Católica y sus devotos, también se ha convertido en un llamado a la oración y a la reflexión para que el sumo pontífice se recupere, pues, aseguran, "todavía tiene mucho por dar".
Y es que, si bien la cabeza del catolicismo se ha mantenido de buen humor, se alimenta y hasta lleva a cabo labores administrativas desde el Policlínico Gemelli, su pronóstico se mantiene delicado y ha despertado todo tipo de especulaciones con respecto a su futuro. De cara a esto, el monseñor colombiano Humberto González Franco, de la Comisión Pontificia para Latinoamérica de El Vaticano, habló con Noticias Caracol y dio un parte de tranquilidad y ánimo a quienes ven la situación de salud del papa con pesimismo.
"El papa ha dormido tranquilo, ha estado bien. Esta mañana ha desayunado, ha hecho su oración. No ha perdido el humor que lo caracteriza y lo ayuda a mantener una actitud de esperanza que es lo que nos invita a tener en este momento a todos", aseguró.
Para el monseñor, los cuidados que está recibiendo Francisco en Gemelli son los más adecuados. Pese a sus 88 años de edad, que lo hacen susceptible a algunas enfermedades y otras complicaciones de salud, el entrevistado asegura que Bergoglio "está protegido". "Él todavía tiene mucho para dar y eso creemos que lo va a hacer. (...) Ha dado demasiado y seguirá dando porque es un hombre que tiene un corazón bastante misericordioso, una visión del mundo muy grande. No entra en los juegos de nadie. (...) El papa es uno que no pasa indiferente ante ningún dolor del mundo entero", agregó el monseñor.
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En cuanto a la relación con su familia, González Franco explicó que a Francisco solo le queda una hermana con vida, quien todavía vive en Buenos Aires. Ella, si bien se mantiene en comunicación con el santo padre a través de llamadas telefónicas, sigue viviendo en la ciudad latinoamericana.
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"Del Santo padre pues ya sabemos que no tiene sino una hermana y ella pues vive en Buenos Aires. Y primos que ha tenido por allá, muy lejanos. Ellos no es que estén aquí muy pendientes de él. Ellos viven en su mundo", dijo el entrevistado.
Sin embargo, aunque poco se hable de ellos, el papa Francisco
todavía cuenta con varios parientes de tercer y cuarto grado de consanguinidad quienes, aunque tienen una vida hecha en Argentina, lo admiran y lo acompañan desde la distancia.
Según el medio El Debate, la hermana del sumo pontífice que aún vive se llama María Elena Bergoglio. La mujer es el último lazo de primer grado con el que cuenta el sumo pontífice y, según relata el medio, no visita al sacerdote desde 2013, cuando fue elegido como máxima autoridad del al Iglesia Católica. Elena, de los cuatro hermanos del papa, es la única que sigue viva.
Si bien la relación entre ambos es cercana, los hermanos no se ven presencialmente desde hace más de 10 años. El hijo de María Elena y sobrino de Francisco, José Bergoglio, cuenta con una organización que ayuda a las personas necesitadas y vulnerables de Buenos Aires.
José Luis Narvaja es otro de los parientes lejanos del papa. El hombre es hijo de una hermana fallecida del religioso argentino y, según el medio citado previamente, también ejerce como sacerdote jesuita, al igual que su tío.
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Sin embargo, el pariente más conocido del papa es Felipe Bergoglio, su sobrino nieto de 20 años que se desempeña como jugador de fútbol profesional. El joven, acorde con El Debate, es defensa del Sporting Club Trestina, equipo de la Serie D de Italia, localizado en la provincia de Perugia.
El joven futbolista relató al periódico digital que es nieto de un primo directo del papa que llevaba su mismo nombre y que incluso, entre risas, sus compañeros de equipo suelen pedirle la bendición antes de entrar al campo de juego. Aunque no conoce al sumo pontífice en persona, asegura que uno de sus objetivos es visitarlo en Roma.