Familiares de israelíes retenidos por Hamás y rehenes ya liberados visitaron este miércoles la Corte Penal Internacional (CPI) para relatar al fiscal Karim Khan sus historias y exigirle acción contra líderes del grupo islamista, en un tribunal que Israel no reconoce y considera antisemita por investigar también crímenes del Ejército israelí en Palestina.
En torno a un centenar de personas, incluidos expertos legales, familiares de rehenes aún en poder de Hamás y otros que ya fueron liberados aterrizaron este miércoles en los Países Bajos en un avión especial para desplazarse hasta la sede de la justicia internacional.
Una vez en La Haya, donde han sido trasladados en tres grandes autobuses bajo fuerte lluvia, han entrado a la CPI para reunirse con el fiscal Khan y contarle sus casos.
Hablaron quienes estuvieron en algún momento en manos de Hamás, y los que aún esperan la vuelta de algún familiar secuestrado, en un intento de presionar y apoyar con su testimonio una lista de crímenes que son jurisdicción del tribunal.
“Estos crímenes incluyen genocidio, toma de rehenes, desaparición forzada, violencia sexual, torturas y más. Tales acciones no pueden ni deben quedar impunes. Los perpetradores deben ser responsabilizados penalmente por las atrocidades que han cometido. Confiamos en que la CPI tiene la capacidad de impartir justicia para los rehenes y sus familias”, dijo Shelly Aviv Yeini, del departamento legal del Foro de Rehenes y Familias de Desaparecidos.
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Hizo estas afirmaciones desde un escenario instalado a unos metros del edificio de la CPI y ante decenas de personas que se concentraron para apoyar a los afectados. Lo hicieron con numerosas banderas israelíes y fotografías de víctimas, y entre gritos y pancartas de “Bring them home now” ("Devolvedlos a casa ahora"), el grito internacional de los israelíes que exigen la liberación de los rehenes.
La lluvia empañó el evento, pero no impidió que familiares y rehenes liberados gritaran su testimonio. Raz Ben Ami, capturada por Hamás 54 días hasta ser liberada durante la tregua de noviembre para el intercambio de cautivos por presos palestinos en Israel, aprovechó “que es San Valentin” para enviar un mensaje a su marido, Ohad, que sigue entre los secuestrados.
“Ohad y yo hemos estado casados 22 años y, desde el día que nos conocimos, no tuve dudas de que pasaría el resto de mi vida con él. El 7 de octubre, cuando cientos de terroristas invadieron mi kibutz, mi paraíso se convirtió en un infierno. Mi marido y yo fuimos secuestrados de nuestras camas, en pijama, y trasladados a Gaza”, explicó Raz, mientras apuntaba a una fotografía suya y de su marido.
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Aseguró que su viaje a La Haya quiere hacer “justicia” porque “el mundo no puede estar en silencio” y cada segundo que su marido sigue en poder de Hamás “es un peligro para su vida, no hay tiempo, hay que hacer todo lo posible por traerlo de vuelta a casa ahora, ya”.
Los ciudadanos y organismos pueden presentar “comunicaciones” al fiscal para apoyar sus investigaciones, aunque eso no se define como “denuncia”, sino transmisión de información.
La CPI tiene abierta desde 2021 una investigación de los presuntos crímenes de guerra cometidos desde 2014 en los territorios palestinos ocupados por Israel (Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este), lo que también afecta al ataque de Hamás y la actual guerra israelí en Gaza, que se han cobrado ya la vida de más de 28.000 civiles.
Por tanto, la toma de rehenes es ya objeto de esa investigación y cualquier prueba puede enviarse de forma electrónica al fiscal bajo el apartado “Estado de Palestina”, puesto que es el Gobierno palestino quien se adhirió al Estatuto de Roma, el tratado fundacional de la CPI, a diferencia de Israel, que no reconoce su jurisdicción.
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Israel tilda la investigación de antisemita, puesto que se centra en todas las partes del conflicto, desde Hamás y otras milicias propalestinas hasta el Ejército israelí.
“Esta acción no trata solo de responsabilidad, sino de presionar para la liberación de los rehenes, de alentar a todas las naciones a tomar medidas legales contra los responsables de esos actos atroces. Se trata del reconocimiento internacional de que tomar rehenes siempre es ilegal, siempre está mal, siempre debemos estar en contra. ¡Juntos por la justicia y el retorno seguro de todos los rehenes!”, añadió Aviv Yeini.
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De los 250 rehenes tomados por Hamás en el ataque del 7 de octubre, 112 han regresado a Israel. Unas 1.200 personas murieron en aquella agresión del grupo islamista palestino.