Una increíble historia se despliega en torno al Buste de Femme Dora Maar, un cuadro que un comerciante de segunda mano encontró en un sótano en Capri y que ahora podría tener un valor de hasta 12 millones de euros. Según el diario italiano Il Giorno, el lienzo, que ha estado guardado por los hijos del comerciante en una bóveda en Milán, ha pasado por un complejo examen grafológico que confirma la autenticidad de la firma de Pablo Picasso.
Fueron necesarios más de 60 años para llegar a esta revelación, un proceso que comenzó en la década de 1960, cuando un comerciante anónimo encontró el lienzo enrollado. "Tiene un tesoro potencial en sus manos pero no lo sabe", señala Il Giorno, reflejando la ignorancia del comerciante sobre el valor real de la obra. Durante casi medio siglo, el cuadro estuvo colgado en su salón, donde fue testigo de las comidas y cenas de una familia humilde.
¿Cómo se dieron cuenta?
La historia dio un giro cuando el hijo mayor del comerciante, ahora adulto, empezó a investigar. "Hablé de ello con mamá y papá. La necesidad urgente de investigación comenzó a crecer", dice el diario. Este interés llevó a un análisis químico de los materiales y a una comparación con otras obras de Picasso, confirmando que el cuadro representa a Dora Maar, musa y amante del artista.
A pesar de las evidencias, la Fundación Picasso ha puesto barreras en el proceso de autenticación. "Se necesitan aliados expertos e influyentes", apunta el artículo, destacando la participación de la Fundación Arcadia y expertos como el ingeniero Maurizio Seracini.
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La grafóloga forense Cinzia Altieri confirmó que "la firma que dice Picasso es autógrafa y atribuible al maestro", lo que añade un importante eslabón en la cadena de autenticación. Este análisis, junto con otros estudios, será presentado a la Fundación de París para que el cuadro sea oficialmente reconocido como una obra de Picasso.
La conclusión es clara: "La atribución oficial aumentaría su valor comercial hasta los diez o doce millones de euros", concluye Il Giorno, haciendo hincapié en que los herederos del comerciante ahora comprenden la magnitud del descubrimiento y agradecen a su padre por haberlo conservado durante tantos años.
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