Un ciervo, con pelo dentro de los ojos, fue visto en un suburbio de Tennessee, Estados Unidos, "dando vueltas, tenía sangrado visible, no era consciente de las personas que lo rodeaban", reveló el biólogo de vida silvestre Sterling Daniels de TWRA.
El animal lastimado murió y cuando los expertos lo estudiaron descubrieron que padecía una condición, al parecer desde que nació, además de una enfermedad hemorrágica epizoótica, que explicaría la falta de miedo y desorientación que mostró frente a las personas que lo vieron.
Su anomalía tenía que ver con el pelo que nacía en sus globos oculares conocido como dermoides corneales, según detalló National Deer Association, que publicó las impactantes imágenes.
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La doctora Nicole Nemeth y la técnica de investigación Michelle Willis explicaron que esto “se define como tejido normal en una ubicación anormal. Por consiguiente, los dermoides se caracterizan por un tejido similar a la piel que se presenta en el cuerpo en un lugar distinto de la piel. Las dermoides corneales, como en el caso de este ciervo, suelen contener elementos de piel normal, como folículos pilosos, glándulas sudoríparas, colágeno y grasa. Las masas generalmente son benignas (no invasivas) y son congénitas, probablemente como resultado de un defecto del desarrollo embrionario”.
Nemeth cree que el animal nació así y sobrevivió durante un año, la edad que tenía, porque su madre lo cuidó durante ese tiempo.
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Para ella, la visión del ciervo se podía comparar “con cubrirse los ojos con un paño. Se podía distinguir el día de la noche, pero eso es todo”.
Según el medio que registró esta investigación, este es el segundo caso documentado de un ciervo con esa condición, más común en vacas y perros.