Un exsacerdote estadounidense fue condenado a 12 años de cárcel por abusos sexuales a niñas de un orfanato fundado por él mismo en Timor Oriental, tras un proceso que ha enfrentado a una nación profundamente católica.
Al menos 15 mujeres acusaron a Richard Daschbach, de 84 años, de haberlas manoseado y forzado a relaciones sexuales cuando eran niñas en la institución católica situada en Oecusse, un enclave de Timor en Indonesia.
Los jueces del tribunal del distrito de Oecusse reconocieron al exsacerdote de Pittsburg culpable de varios delitos de abusos a menores en ese establecimiento que fundó en la década de 1990 para acoger cientos de menores huérfanos y pobres.
La condena inicial era de 37 años de cárcel, pero los jueces la redujeron debido a su edad avanzada y solicitaron su encarcelamiento inmediato para evitar una eventual fuga.
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La Consultoría Jurídico Social JUS, una ONG que presta ayuda jurídica a víctimas sin recursos, celebró la condena, pero agregó que la apelará porque considera que el exsacerdote Dashbach debería haber sido sentenciado a 30 años de cárcel, la pena máxima.
"El sacerdote expulsado abusó de su influencia como director del orfanato y de su posición como sacerdote para abusar sexualmente de las niñas a su cuidado, aprovechándose de la vulnerabilidad de la comunidad", indicó la ONG en un comunicado.
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"La declaración de culpabilidad no restituirá los días de infancia feliz que las niñas han perdido. Sin embargo, la sentencia del tribunal permitirá que las víctimas y sus familias puedan recobrar su dignidad y reconstruir sus vidas", agregó JUS.
El tribunal también condenó a las autoridades de Timor a indemnizar financieramente a las víctimas de estos abusos, que acusaron al exsacerdote, presente en el tribunal para el veredicto, de elaborar listas de niñas que tenían que pasar la noche con él y le reprocharon múltiples violaciones y abusos.
Pero parte de los timorenses duda de los testimonios, muchos de personas no identificadas que temen represalias.
El caso dividió profundamente la antigua colonia portuguesa, con un 97% de población católica entre la que este antiguo religioso, expulsado por el Vaticano en 2018, era muy respetado.
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El exsacerdote cuenta con un gran respaldo en el país de mayoría católica, incluido el expresidente timorense Xanana Gusmao.