Un hombre que portaba explosivos murió en una explosión cuando intentaba atacar la Corte Suprema de Brasil el miércoles 13 de noviembre, informó la Policía, en hechos que ocurren días antes de que el país sea sede de la cumbre del G20. La vicegobernadora de Brasilia, Celina Leao, dijo que las informaciones preliminares sugerían que se trataba de un "suicidio", y que se produjo segundos después de una explosión en un carro cercano del que se vio salir al sujeto.
"Este ciudadano se acercó al Tribunal Supremo Federal, intentó entrar, no lo logró y la explosión se produjo en la entrada", reveló Leao a los periodistas, añadiendo que nadie más resultó herido. El cuerpo fue encontrado con "dispositivos todavía puestos", añadió.
"Se abrirá una investigación policial para investigar los ataques", indicó la Policía Federal en un comunicado.
Las autoridades aún no han confirmado la identidad del autor del ataque, puesto que los policías no han podido hacer el examen forense del cadáver, que yacía mutilado por la explosión y todavía con explosivos en el cuerpo. Según la vicegobernadora de Brasilia, el sujeto que cometió el ataque suicida sería el mismo que activó la explosión del automóvil, pero precisó que todavía no se puede confirmar que se trate del dueño del vehículo.
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Presunto atacante en Brasil había publicado amenazas en redes
El hombre fue identificado como Francisco Wanderley Luiz, candidato al Concejo local de 2020 por el Partido Liberal del expresidente Jair Bolsonaro, según la cadena GloboNews citando documentos policiales.
El sujeto, según trascendió, pocas horas antes del ataque publicó amenazas en su página de Facebook. En esos mensajes, ahora borrados por la plataforma, decía que la Policía tenía 72 horas para "desarmar la bomba" que está en la casa de varios "comunistas", entre los que cita tres expresidentes brasileños y un periodista famoso.
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En otra imagen, una captura de una conversación de WhatsApp, publicó una serie de emoticones de ataúdes y de bombas, así como llamados a las Fuerzas Armadas para iniciar una "revolución".
La Plaza de los Tres Poderes, donde se ubican las sedes del Gobierno, del Parlamento y del Tribunal Supremo, fue el escenario del ataque de miles de extremistas que el 8 de enero de 2023 trataron de incitar un golpe de Estado contra Lula.
Una empleada del gobierno de la capital, Laiana Costa, dijo a los medios locales que vio pasar al hombre: "Hubo un ruido, miré hacia atrás y había fuego y humo".
Las autoridades ya han reforzado la seguridad en el país antes de la cumbre de dos días del G20 que comienza el lunes 18 de noviembre, cuando visitarán el país líderes mundiales como el presidente estadounidense Joe Biden y el presidente chino Xi Jinping, que se prevé viaje a Brasilia para una visita de Estado el miércoles.
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Jueces de Brasil fueron evacuados
La Corte Suprema dijo en un comunicado que se produjeron dos explosiones al final de la sesión del miércoles y que los jueces fueron evacuados sanos y salvos. El tribunal está ubicado en la Praça dos Tres Poderes, que también da al palacio presidencial y al Congreso.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva no estaba en el palacio en el momento de las explosiones, informó un portavoz.
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El procurador general de la República de Brasil, Jorge Messias, condenó los ataques. "Necesitamos entender la motivación detrás de los ataques, así como restablecer la paz y la seguridad lo más rápido posible", publicó en X.
El palacio presidencial fue sellado y un gran contingente policial fue desplegado alrededor de la plaza.
Partidarios de Bolsonaro piden no generalizar tras ataque en Brasil
Fabio Wajngarten, asesor de Bolsonaro,
advirtió contra hacer generalizaciones sobre el incidente. "Hay locos en todas partes y de todas las tendencias políticas", publicó en X.
La misma zona fue escenario de un gran drama el año pasado. El 8 de enero de 2023, las sedes del poder en Brasilia fueron golpeadas por una insurrección una semana después de que Lula derrotara en las urnas al presidente en ejercicio de derecha Jair Bolsonaro. Miles de sus partidarios, enojados por la derrota, irrumpieron en los edificios gubernamentales, causando daños importantes antes de que las autoridades lograran reimponer el control.
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El presidente del Senado de Brasil, Rodrigo Pacheco, afirmó que los disturbios provocaron "un cambio en las reglas de seguridad" del palacio presidencial, el Congreso y la Corte Suprema.