Autoridades de México pidieron la exhumación del cuerpo de Debanhi Escobar, hallada muerta el pasado 21 de abril dentro de la cisterna de un motel tras pasar 12 días desaparecida, en un caso que generó inusitado interés en México, donde la crisis de feminicidios se remonta a los años 1990.
"Se determinó, para darle mayor certeza a las causas que ocasionaron el sentido deceso de Debanhi, poder realizar la exhumación del cuerpo para poder hacer las investigaciones y los peritajes forenses que fueran necesarios", dijo el subsecretario de Seguridad Pública de México, Ricardo Mejía.
El funcionario explicó que el pedido se lleva a cabo por un consenso entre las dependencias encargadas de investigar el caso y será gestionado por la Fiscalía estatal de Nuevo León (norte), entidad donde ocurrió la muerte de la joven de 18 años.
Los nuevos estudios buscan "homologar criterios forenses sobre la causa de la muerte", subrayó Mejía durante la conferencia matinal del presidente Andrés Manuel López Obrador.
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La autopsia oficial indicó que Debanhi había muerto a causa de una hemorragia intercraneal, aparentemente por un golpe en la cabeza, y no mencionaba signos de violencia sexual.
En contraste, la necropsia solicitada por la familia y cuyos principales hallazgos fueron revelados por el diario español El País, dice que la joven presenta varias lesiones en la cabeza efectuadas por otra persona, por lo que "se trata de una muerte violenta homicida".
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El informe privado también detalla que el cuerpo de Debanhi "presenta huellas de una relación sexual vaginal violenta y reciente", según un fragmento citado en el artículo periodístico.
En México son asesinadas en promedio 10 mujeres diariamente, según cifras oficiales, la mayoría pertenecientes a sectores pobres. Muchos de esos casos corresponden a violencia de género.
Expertos opinan que la muerte de Debanhi, una universitaria de clase media, acercó esta experiencia a sectores sociales más favorecidos generando un mayor impacto y presión social.