La estudiante de enfermería Keyla Patricia Martínez, de 26 años y fallecida el domingo en una estación de Policía en la ciudad de La Esperanza, en el occidente de Honduras, murió por "asfixia mecánica", no por suicidio, como inicialmente afirmaron fuentes policiales.
Así lo informó la portavoz del Ministerio Público, Yuri Mora, quien dijo a los periodistas que el informe preliminar de la autopsia que se le hizo a Martínez en Medicina Forense revela que lo que hubo fue "una asfixia mecánica".
"De acuerdo a medicina forense legal, es un homicidio", subrayó Mora, quien además señaló que faltan otros resultados anexos de la autopsia.
Agregó que fiscales que participan en la investigación giraron instrucciones para que los oficiales y agentes que estaban asignados a la Policía Nacional en La Esperanza, el día del hecho, sean puestos a la orden del Ministerio Público.
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Un equipo de fiscales del Ministerio Público también está revisando contenidos de cámaras, libros de novedades y recaba otra información como parte de las investigaciones del caso, que ha causado mucha conmoción en Honduras.
Los restos de la universitaria fueron llevados a La Esperanza, luego de la autopsia practicada en Medicina Forense, en Tegucigalpa.
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Martínez, según la Policía Nacional, fue detenida hacia las 23:45 del sábado por escándalo público en estado de ebriedad, acompañada de un médico, violando el toque de queda que, por la pandemia de COVID-19, rige de las 8:00 p.m. a las 5:00 a.m.
La portavoz de la Secretaría de Seguridad, Rebeca Martínez, dijo que durante la ronda de supervisión de las celdas que hacen los agentes, se conoció que la universitaria estaba intentando quitarse la vida, por lo que de inmediato se procedió a trasladarla a un centro médico para salvarle la vida, donde se informó que había fallecido.
La versión de fuentes médicas del hospital al que fue llevada la universitaria es que llegó sin vida al nosocomio.
Las versiones policiales fueron rechazadas por los familiares de Martínez, quienes desde que se conoció el hecho, el domingo, expresaron que se trata de un crimen de la misma Policía Nacional.
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El lunes hubo protestas en La Esperanza y Tegucigalpa exigiendo que el caso sea investigado y se castigue a los culpables.
Del médico con el que fue detenido la universitaria, no se ha tenido más información.
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La madre de la joven viajó desde España, mientras que dos hermanos habrían llegado de Estados Unidos y México, donde residen.
La Policía Nacional de Honduras ha venido siendo cuestionada en los últimos meses por abusos y múltiples delitos en los que se han visto implicados varios agentes, pese a que la institución viene de un proceso de depuración que les ha costado mucho dinero a los hondureños.