La experta y analista Muni Jensen señala que la línea de mando en EE. UU. sigue funcionando, no solo porque el presidente ha asegurado que sigue al frente sino porque el vicepresidente, Mike Pence, ha dado negativo para el COVID-19.
Explica que tras el asesinato de JF Kennedy en ese país se crearon protocolos más serios y claros. Por ello, la ley establece claramente cómo es la línea de sucesión y quiénes quedarían al mando .
Sobre las suspicacias que genera el hecho de que en este momento electoral todos los reflectores estén sobre el presidente Donald Trump , Jensen asegura: “Hay mucha desconfianza sobre toda la información que viene de la Casa Blanca, pero si fuera una conspiración de los trumpistas para decir que tuvo la enfermedad y salió airoso ya se les acabó el tiempo”.
Y agrega: “Así fuera asintomático tiene que estar fuera de los rallys por 12 días y queda muy poco tiempo para las elecciones. Todos parece indicar que esto es un evento muy desafortunado para la campaña republicana. Esto es un palo en la rueda para Trump, que ya estaba perdiendo y había tratado de lograr acercarse a los números de Biden en los estados indecisos a través de su medida favorita: los mítines en persona”.
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“Esta situación le hace daño a Donald Trump porque él se ha contagiado no por un descuido sino por el abierto desafío y una negación de las consecuencias del COVID-19”, puntualiza la analista.