Un equipo internacional de científicos ha logrado fotografiar estrellas individuales a una distancia nunca antes alcanzada: 6.500 millones de años luz. Esto en colaboración en el proyecto MAGNIF, utilizando el Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA, y la aplicación de la teoría de la relatividad general de Albert Einstein.
La revista Nature Astronomy compara este logro con la dificultad de intentar observar granos de polvo en los cráteres de la Luna con binoculares, dada la increíble distancia y las condiciones extremas de observación. El descubrimiento fue posible gracias a la observación de la galaxia conocida como "Arco del dragón", situada detrás de un cúmulo de galaxias llamado Abell 370, que actuó como una gigantesca lente gravitacional.
Este fenómeno, predicho por Einstein, ocurre cuando los campos gravitacionales de objetos masivos, como las galaxias, actúan como una especie de lente natural que amplifica la luz proveniente de objetos más distantes. Aunque el cúmulo de galaxias produjo una especie de "zoom cósmico", por lo que fue gracias a un "microlente" que las imágenes se amplificaran aún más y así ver las estrellas.
El Instituto Milenio de Astrofísica (MAS), aliado del proyecto MAGNIF, fue el equipo que publicó y divulgó las fotos de las estrellas individuales.
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)
Descubrir estas estrellas es un gran avance
El descubrimiento de estas estrellas, que algunos científicos han descrito como un “tesoro invisible”, es importante para los estudios sobre la evolución de las galaxias y la materia oscura, puesto que "las estrellas individuales muy magnificadas son útiles en diversas aplicaciones, incluidos los estudios de poblaciones estelares en galaxias distantes y la limitación de las estructuras de materia oscura en el plano de lente", se lee en la investigación de la revista.
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La luz que proviene de estas estrellas nos llega desde una época en la que el universo tenía solo la mitad de su edad actual. "Estos eventos se encontraron cerca de las curvas críticas de lente esperadas, lo que sugiere que se trata de estrellas magnificadas que aparecen como transitorios de microlentes estelares intracúmulos", identificó la revista en el estudio.
La galaxia observada, el "Arco del Dragón", se encuentra a una distancia tan remota que la luz que emiten las estrellas viaja a través del espacio durante miles de millones de años antes de llegar a la Tierra. Este tipo de observación es extremadamente rara, ya que las estrellas en galaxias tan distantes normalmente se combinan en un resplandor difuso, dificultando su distinción individual.
Muchas de las estrellas son gigantes rojas
Entre las estrellas detectadas, varias de ellas son supergigantes rojas, un tipo de estrella en una fase avanzada de su vida, comparable a Betelgeuse, una de las estrellas más conocidas en la constelación de Orión. Lo que dice el Instituto MAS es que hasta ahora los descubrimientos en esa región del espacio habían identificado predominantemente supergigantes azules, como Rigel o Deneb, que son mucho más calientes y brillantes.
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Y aunque la materia oscura identificada no puede ser observada directamente, su presencia se infiere a partir de los efectos gravitacionales que ejerce sobre las galaxias y otras estructuras cósmicas. El estudio de las lentes gravitacionales proporcionadas por el cúmulo Abell 370 puede ayudar a los científicos a mapear mejor la distribución de la materia oscura en el universo, una de las grandes preguntas sin respuesta en la física moderna. A continuación, se muestra una explicación detallada.
Investigador dice que es como una máquina del tiempo
Según Franz Bauer, aliado presente en el estudio publicado por la revista, este estudio es como una “máquina del tiempo” ya que permite ver cómo era la Vía Láctea hace 6.500 millones de años, cuando el universo era mucho más joven y las condiciones eran muy diferentes de las actuales.
"Las galaxias de esa época tenían un suministro de gas mucho mayor, lo que facilitaba la formación de nuevas estrellas. Estudiar la distribución de estas estrellas nos da una pista de cómo las galaxias se formaron y evolucionaron", explica Bauer a investigadores del MAS.
Gracias a este descubrimiento, ahora los astrónomos pueden obtener una visión más clara de cómo las primeras galaxias se ensamblaron en las estructuras que vemos hoy en día, demostrando que "las observaciones en el dominio del tiempo realizadas con el telescopio espacial James Webb podrían llevar a la posibilidad de realizar estudios estadísticos de estrellas de alto corrimiento al rojo", concluyó la revista Nature Astronomy.
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