Millones de vacunas contra el COVID-19, almacenadas a -70°C en hielo seco, fueron enviadas a todos los rincones de Estados Unidos : una gigantesca operación logística de distribución que arrancó el domingo con el objetivo de administrar las primeras dosis el lunes.
Este despliegue impresionante refleja el sentido de urgencia en la primera potencia económica del mundo, donde ya han muerto casi 300.000 personas por el nuevo coronavirus, el equivalente a la población de una ciudad como Cincinnati (Ohio, noroeste).
Un ejército de camiones cargados con miles de dosis de la vacuna Pfizer/BioNTech, empaquetadas en cajas que contenían hasta 4.725 inyecciones cada una, salieron de la planta de Pfizer en Kalamazoo, Míchigan (norte), rumbo a centros estratégicos de las empresas de paquetería UPS y FedEx, que se encargarán de distribuirlas.
Pfizer estima que 20 aviones transportarán diariamente sus vacunas hacia poblaciones de todo el país, incluyendo la tribu nativa estadounidense de los Navajo, que ha sido duramente golpeada por la pandemia.
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"Esperanza"
El objetivo es entregar el primer lote de vacunas en 24 horas a todos los hospitales y sitios que lo soliciten y vacunar a los primeros estadounidenses de inmediato.
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"Tengo la esperanza de que esto se lleve a cabo muy rápidamente. Esperemos que mañana (lunes)", dijo el jefe de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA ), Stephen Hahn, a la cadena CNN.
A manera de precaución, de los 6,4 millones de dosis disponibles se entregará solo la mitad y el resto se reservará para administrar la segunda dosis necesaria tres semanas después.
En esta primera fase se inmunizará a unos tres millones de personas.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomendaron que se diera prioridad a los residentes de asilos (3 millones de personas) y a profesionales de la salud (21 millones).
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La vacuna del dúo estadounidense-alemán Pfizer/BioNTech, de la cual el gobierno estadounidense compró 100 millones de dosis, tiene una eficacia del 95% y ya ha comenzado a administrarse en Reino Unido.
"Un infierno"
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Sin embargo, ante esta buena noticia las autoridades temen que los estadounidenses bajen la guardia. El país sigue registrando un número récord de infecciones, superando regularmente los 200.000 casos y llegando hasta las 3.000 muertes diariamente.
Estados Unidos es el país más afectado por la pandemia, con más de 16 millones de infecciones registradas y casi 300.000 muertes por COVID-19 . Pero las cifras reales de víctimas están subestimadas debido a la falta de pruebas al comienzo de la pandemia.
A diferencia de la primera ola de la primavera boreal, esta vez el brote concierne a todo el país.
Y a pesar de que las primeras vacunas en su estado están programadas para el martes, el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, dijo que espera una situación pandémica "infernal" en las próximas semanas, instando a los habitantes a evitar las grandes reuniones familiares durante la temporada de fiestas.
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Para lograr la inmunidad colectiva, sinónimo de un retorno a la normalidad, se necesitaría que entre el 75% y el 80% de la población estadounidense esté vacunada, advierten los expertos.
Eso no ocurrirá antes de "mayo o junio", según Moncef Slaoui, asesor científico de la operación gubernamental de vacunación.
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