Un escándalo protagonizó el pastor de una iglesia evangélica que se congregó con algunos feligreses en una vivienda. El culto fue descubierto por autoridades militares, las cuales velaban porque no se dieran encuentros ni aglomeraciones debido a la situación en Chile por el coronavirus .
Los uniformados procedieron a desarticular la reunión, pero se armó un escándalo debido a que el pastor hizo una pataleta.
Como quedó registrado en un video, se lanzó descaradamente a la parte trasera de una camioneta oficial para fingir que había sido atropellado. Ya en el suelo, se aferró al platón para ser arrastrado y dar más crédito al supuesto accidente. Por supuesto, todo en medio de gritos.
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Como si fuera un "milagro", el pastor pudo reincorporarse rápidamente y corrió para agredir a un militar que estaba intentando detener a uno de los 30 infractores.
Otros videos dan cuenta de más agresiones del religioso y un acompañante a un subteniente. La situación se salió de control al punto de necesitar más miembros de la fuerza pública.
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Al final, tanto el pastor como su cómplice fueron acusados bajo los cargos de agresión a servidor público, lesiones personales y atentar contra la salud pública, aunque quedaron en libertad.