Ente el lodo, australianos celebraron por una prolongada lluvia

El temporal llevó alivio a las áreas afectadas por los incendios y la sequía. Se pronostican más días húmedos.
Los incendios, sin precedentes para Australia en términos de duración e intensidad, se han cobrado 28 vidas y matado a unos mil millones de animales.
El clima cálido sostenido y los raros períodos de lluvia ligera en las áreas afectadas han agravado la crisis.
Los aguaceros del jueves en el estado de Nueva Gales del Sur, donde se han quemado muchos de los peores incendios, ofrecieron la esperanza de que decenas de incendios pudieran ser controlados.
"El alivio está aquí para varios bomberos que trabajan en Nueva Gales del Sur", dijo el Servicio de Incendios Rurales del estado en una publicación en las redes sociales que acompaña las imágenes de lluvia que cae en un bosque en llamas.
"Aunque esta lluvia no extinguirá todos los incendios, sin duda contribuirá en gran medida a la contención".
Antes de las lluvias, hubo 30 incendios fuera de control en Nueva Gales del Sur.
A lo largo de la costa sur del estado, los lugareños que presenciaron la destrucción de pueblos y bosques en las últimas semanas expresaron una cautelosa esperanza.
"Estamos encantados y muy aliviados de tener algo de humedad en el aire porque hace que las cosas sean seguras por un tiempo", dijo Virginia Connor cerca de la ciudad de Nowra.
"Pero necesitamos más, necesitamos mucho más".

Aire limpio

 
El humo de los incendios forestales afectó gravemente la ciudad sureña de Melbourne de lunes a miércoles, interrumpiendo la acumulación del torneo de tenis del Abierto de Australia de la próxima semana.
Pero las tormentas eléctricas el miércoles por la noche despejaron el humo, con el clima húmedo moviéndose hacia el Este durante todo el jueves hacia incendios en el estado sureño de Victoria.
"Las tormentas han mejorado la calidad del aire en la mayor parte del estado", dijo la Agencia Victoriana de Protección del Medio Ambiente.
Se pronosticaron más lluvias para el viernes y el fin de semana que, si caen, traerían el período más lluvioso desde que comenzó la crisis en septiembre del año pasado.
"Todavía tenemos un largo camino por recorrer", dijo Robyn Duell, climatólogo senior de la Oficina de Meteorología.
"Y con temperaturas más altas, continuaremos viendo un riesgo elevado de incendios forestales a medida que avanzamos durante el verano y principios del otoño", agregó.
Las lluvias, sin embargo, podrían dificultar las batallas para los bomberos en algunos casos, al dificultar que los camiones se adentren en los bosques por caminos embarrados, advirtieron las autoridades.
Las inundaciones repentinas son otra preocupación, ya que las montañas quemadas no pueden retener el agua y pueden enviar torrentes de cenizas fangosas a las vías fluviales.

Crisis del cambio climático

 
Australia sufre incendios forestales todos los años, pero comenzaron mucho antes de lo normal en 2019 y han durado mucho más.
Los bosques y las tierras de cultivo ya estaban extremadamente secos debido a una sequía prolongada, lo que sentó las bases de la crisis de incendios cuando el clima extremadamente cálido golpeó mucho antes el comienzo del verano.
Australia experimentó su año más seco y caluroso en 2019, con una temperatura máxima promedio más alta de 41,9 grados Celsius (107,4 grados Fahrenheit) registrada a mediados de diciembre.
Los incendios han destruido más de 2.000 casas y quemado 10 millones de hectáreas (25 millones de acres) de tierra, un área más grande que Corea del Sur o Portugal.
Los científicos dicen que los incendios forestales son el tipo de desastre extremo que el mundo puede esperar más a medida que se intensifica el calentamiento global.
La última década fue la más calurosa registrada a nivel mundial, dijo el miércoles Naciones Unidas.
"Lo que sucede es persistente, no una casualidad debido a algún fenómeno climático", dijo Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, que colaboró con el informe de la ONU.