La enfermera Felicia Croft, que trabaja en la UCI de Willis-Knighton, en Luisiana, Estados Unidos, habló de los pacientes sin vacunar que llegan a su unidad y relata “uno de los días más difíciles desde que comenzó la pandemia”.
Todo se debe a que los papás de una amiga de su hija, de 14 años, están internados en el hospital en el que trabaja.
“Mamá, necesitamos rezar por los papás de mi amiga”, le dijo la adolescente.
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“Es posible que uno de ellos no regrese a casa. El otro también está muy, muy enfermo”, reveló la enfermera entre lágrimas, quien también expresó la sensación de derrota que siente por no poder hacer más por la gente a la que atiende, muchos pacientes sin vacunar contra el COVID-19 .
“Solo saber que hay algo que podría ayudar y que hay personas que no están aprovechándolo”, manifestó acongojada.
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“Sí, hemos visto personas que se han vacunado, pero por lo general vuelven a casa a criar a sus hijos y a abrazar a su esposo o esposa”, afirmó.
Sin embargo, dijo que no podía “explicar la sensación de derrota cuando haces todo, lo entregas todo a un paciente y no es suficiente, y luego saber que podrían haberse vacunado y que eso podría haber hecho la diferencia”.
El Willis-Knighton atiende, a la fecha, a 90 personas con COVID-19: 77 son pacientes sin vacunar y 13 ya recibieron sus dosis.
El 97% de los hospitalizados por COVID-19 en el país no se vacunaron y la variante delta representa el 93% de los casos nuevos en el país.
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