Pese a que Jenna Beyersdorf no tenía antecedentes familiares y estaba por los 37 años, su doctor encontró un cáncer de mama triple negativo después de que ella consultara por un hematoma que no parecía sanar. Tras un exhaustivo proceso de tratamiento, la mujer pudo volver a recuperar su salud, hecho que celebró con un peculiar tatuaje.
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La travesía médica de Jenna comenzó en 2021, cuando mientras jugaba con su hijo de 4 años se lastimó el pecho, el cual en cuestión de semanas cambiaría radicalmente. A pesar de que en las primeras citas de telemedicina le dijeron que el dolor fue producido por el golpe, esta respuesta no terminaba de convencerla.
Al ir de manera presencial la palparon y tras una mamografía determinaron que no estaba bien y que creían que podía tener un cáncer de mama, algo que fue confirmado por una biopsia.
"Era una masa de 4,5 centímetros que estaba encima de mi músculo pectoral (...) Es un cáncer muy agresivo que tiene una tasa de recurrencia bastante alta. Y ser triple negativo elimina muchas opciones de la mesa", explicó la mujer a Today.
Con la determinación de no dejar a su hijo sin una madre, decidió empezar todo el tratamiento y en el camino se le ocurrió inmortalizar su lucha contra el cáncer de mama con un emblema diferente al tradicional lazo rosa, por lo cual decidió tatuarse las fórmulas moleculares de la quimioterapia.
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"Quería que las fórmulas moleculares de mis quimioterapias se pusieran en mi brazo como un recordatorio constante de 'Soy un luchador, pero sin la medicina moderna no estaría aquí'", comentó la enfermera.
Entre los elementos que ahora tiene en el brazo están las fórmulas del Taxol, Carboplatino, Keytruda, Cytoxan, Doxorrubicina y Xeloda, elementos que recibió para tratar su cáncer de mama.
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“Muchas veces la quimioterapia tiene muy mala reputación. No solo nos está salvando, sino que también puede enfermarnos mucho”, detalló Beyersdorf.
Jenna, que hoy tiene 39 años, se siente agradecida con la vida y la medicina por poder estar con su hijo. De igual manera, se siente feliz de haber regresado a su trabajo de enfermera, en donde el tatuaje es un tema de conversación para muchos de los pacientes.