A lo largo de un camino rural cubierto de maleza, en medio de la desolación, tres caballos salvajes se dejaron ver entre la vegetación que también se ha abierto camino en la zona.
Las autoridades de ese país, que pertenecía a la antigua Unión Soviética cuando ocurrió el accidente y hoy es parte de Ucrania , dicen que el área no será apta para humanos en 24.000 años, pero la vida salvaje parece estar retornando.