En Tailandia empezaron los ritos para la coronación del rey Maha Vajiralongkorn

El soberano acude a las fastuosas celebraciones, que se extenderán por tres días, acompañado por su nueva esposa Suthida, una general de la guardia real.

Tailandia celebrará este fin de semana las ceremonias de coronación del rey Vajiralongkorn en un clima de incertidumbre política tras las elecciones del pasado 24 de marzo, cuyos resultados completos aún no han sido hechos públicos oficialmente.

Mientras Bangkok se prepara para tres días de ceremonias en su centro histórico, millones de tailandeses visten el color amarillo que representa al monarca, que hoy concedió un indulto real a centenares de presos.

En Tailandia el rey, que sorprendió esta semana anunciando su boda y el nombramiento de su esposa como la reina Sudthida, se halla "por encima de la política" pero a menudo ha actuado como su árbitro supremo.

La coronación de Vajiralongkorn, que accedió al trono en 2016 tras la muerte de su padre, el reverenciado rey Bhumibol Adulyadej, costará unos 31 millones de dólares (28 millones de euros) y se celebrará bajo el régimen que dio un golpe de Estado en 2014 y que utilizó como una de sus justificaciones para tomar el poder la defensa de la monarquía.

La junta militar prometió desde la asonada de hace cinco años unas elecciones que devolverían la democracia al país, pero no las convocó hasta el pasado marzo.

Más de un mes después de estos comicios se desconoce todavía quién liderará el país, aunque la junta ha reconocido que su plan es "que la formación del gobierno se produzca tras las ceremonias reales".

La Comisión Electoral (CE) alega que aún no ha decidido qué fórmula empleará para asignar los 500 escaños del Parlamento, que ha de votar al próximo Gobierno en conjunción con el Senado, cuyos 250 miembros son nombrados a dedo por la junta.

El recuento de votos apunta que el partido Palang Pracharat del general golpista Prayut Chan-ocha fue el más votado, pero el que obtuvo más escaños fue el Puea Thai, defenestrado en la asonada de hace cinco años.

Mientras tanto, el partido progresista Anakot Mai (Nuevo Futuro), fundado en 2018 y cuya popularidad entre los jóvenes lo convirtió en la tercera formación política más votada, se enfrenta a diversas acusaciones que podrían suponer penas de cárcel para sus líderes o su disolución.

Tanto el Puea Thai como el Anakot Mai se enfrentan a menudo a duras críticas de los sectores conservadores, que los atacan por supuestamente querer derribar la institución monárquica.

El Puea Thai es afín al ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que fue derrocado como primer ministro en 2006, se halla en el exilio desde 2008 y cuyas formaciones políticas afines han ganado todas las elecciones celebradas en Tailandia desde 2001 gracias a políticas sociales que le hicieron muy popular entre las empobrecidas masas rurales del país.

Sin embargo, el Ejército, el aparato burocrático y las élites monárquicas de Bangkok siempre han visto con recelo el poder de Thaksin y le han acusaron constantemente de tratar de ocupar el lugar del rey.

Muchos partidarios de Thaksin creyeron que la subida al trono del nuevo monarca podría suponer el regreso de su líder al país, ya que se asumía que el nuevo rey era cercano al antiguo primer ministro, pero esas expectativas se vieron desmentidas antes de las últimas elecciones.

En febrero, el Partido Thai Raksa Chart, afín a Thaksin, anunció la candidatura a primera ministra de la Princesa Ubolratana, hermana del monarca, y la sorprendente decisión provocó un terremoto en la política del país al ser la primera pariente cercana de un monarca en entrar en política.

A las pocas horas, la televisión emitió un comunicado del rey en el que calificaba como "inapropiada" la nominación de su hermana y el Tribunal Constitucional disolvió el Thai Raksa Chart un mes después argumentando que ponía "en peligro el estatus neutral de la monarquía por encima de la política".

Tailandia abolió la monarquía absoluta en 1932, pero el prestigio de la Dinastía de los Chakri, que reina desde finales del Siglo XVIII, no hizo más que aumentar cuando el rey Bhumibol Adulyadej, o Rama IX, accedió al trono en 1946.

Para muchos tailandeses, el rey Bhumibol fue prácticamente el único elemento de estabilidad durante las últimas siete décadas, marcadas por reiterados golpes de Estado, un total de 21 contando los fallidos, y se convirtió en objeto de una devoción casi religiosa.

Tailandia cuenta además con una de las leyes de lesa majestad más estrictas del mundo, en la que cualquier ciudadano puede denunciar a otro por injuriar o amenazar al monarca o su familia y cuyas penas de cárcel pueden alcanzar 15 años, lo que imposibilita cualquier debate sobre el papel de la monarquía.

Vajiralongkorn no disfruta de la popularidad de su padre, pero desde que fue nombrado rey hasta su coronación este fin de semana, consiguió aumentar su poder cuando retrasó la firma de la Constitución para otorgarse una mayor autonomía del Consejo Real, y más tarde asumió el control de varias agencias relacionadas con la seguridad y las finanzas de la Casa Real.