En Francia , el Consejo Constitucional aprobó la reforma pensional impuesta por decreto por el gobierno del presidente Emmanuel Macron. La decisión, anunciada al final de la tarde parisina, fue acogida con abucheos por parte de los manifestantes que se habían congregado en la plaza del ayuntamiento.
Con carteles y arengas aseguraban que constitucional o no, esa ley no la desean y continuarán hasta su retirada. Incluso, muchos reclaman con insistencia la renuncia del primer mandatario.
El poder constitucional, integrado por nueve miembros llamados "sabios", validó el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030, pese al enorme rechazo que genera entre la comunidad de Francia.
En cambio, invalidó seis artículos de la ley, especialmente dos relativos al fomento de la contratación de trabajadores mayores de 55 años en las grandes empresas.
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Además, negó una propuesta de someter a referendo el polémico tema, una iniciativa que habría dado un nuevo rumbo al conflicto social, que se sigue agravando.
Los sindicatos acaban de convocar a una gran movilización el próximo primero de mayo, Día Internacional del Trabajo.
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La decisión supone un "precedente peligroso", porque el Gobierno podría seguir utilizando la figura legal de un presupuesto rectificativo para "hacer aprobar reformas importantes", afirmó la presidenta del grupo parlamentario de La Francia Insumisa, Mathilde Panot.
En una comparecencia con los demás líderes de los partidos que integran la coalición izquierdista Nupes (socialista, ecologista, comunista), Panot advirtió de que continuarán las protestas contra la reforma y lanzó un nuevo llamamiento al presidente Emmanuel Macron para que retire la reforma.
"No será el Consejo Constitucional el que haga cambiar de opinión al pueblo francés", reiteró.
La primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, señaló que, en su decisión, el Consejo Constitucional considera que "tanto en el fondo como en el procedimiento", la reforma está de acuerdo con la Constitución.
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"El texto llega al final de su proceso democrático. Esta noche no hay ni vencedores ni vencidos", añadió Borne en Twitter.
La decisión del Consejo Constitucional llegó tras una tensa jornada de espera, con unas 230 marchas de protesta convocadas por los sindicatos en todo el país, entre ellas una concentración en la plaza del Ayuntamiento de París.
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La propia sede del Consejo Constitucional estaba blindada desde ayer, con barreras y policías antidistubios, y la prohibición de organizar concentraciones en sus inmediaciones.