En cooperación con los restaurantes locales, en Israel ofrecen comida gratis en dos centros con la esperanza de persuadir a los que se resisten a la vacuna COVID-19.
Aunque el país lidera a nivel mundial en la velocidad de su campaña de vacunación, las autoridades todavía están preocupadas por las personas más jóvenes y otras nerviosas por la inoculación.
Así que ofrecieron pizza, hummus y knafeh, un dulce postre de Oriente Medio hecho con pasta filo, y decenas de personas han llegado.
"Vinimos a vacunarnos, hasta ahora estábamos preocupados, pero debido a las próximas restricciones (contra las personas que no se vacunan) no había muchas opciones y también es muy bueno conseguir una pizza y un café", dijo Lizi Kritzer, trabajador municipal de 32 años.
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Eytan Schwartz, portavoz del municipio de Tel Aviv, aseguró que la ciudad esperaba que la comida y la bebida ofrecidas crearán una "atmósfera familiar" para atraer a los indecisos.
"Vine hoy para vacunarme y les digo a todos que vengan y se pongan la vacuna para que podamos mantener nuestra salud mejor", sostuvo Iman Dasui, una maestra de 60 años. "También hay knafeh aquí... muy sabroso".
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Solo entran los vacunados
Israel también puso en marcha un proyecto de "distintivo" para que solo las personas vacunadas puedan acceder a gimnasios, conciertos y restaurantes.
Hasta ahora cuatro millones de israelíes fueron vacunados (el 45% de la población), de los cuales 2,6 millones recibieron la segunda dosis, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. Se trata de la mayor tasa de vacunación del mundo.
La principal mutual sanitaria del país, Clalit, publicó un estudio sobre 1,2 millones de personas en el que concluye que la vacuna de Pfizer/BioNTech -las compañías con las que Israel tiene un acuerdo de intercambio de datos biomédicos- tiene una eficacia del 94%.
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Con una vacuna eficaz y un alto porcentaje de la población vacunada, las autoridades planean reabrir gradualmente gimnasios, museos, centros comerciales, restaurantes y cafés a partir del domingo.
Pero no a todo el mundo. El gobierno anunció un sistema de "distintivos" de color morado para los que no están vacunados o solo han recibido una dosis y de color verde para los que han recibido su segunda inyección o están "recuperados" del COVID-19.
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Verde y morado
Los centros comerciales, las bibliotecas, los museos, los cafés y algunos lugares de culto abrirán en "morado", es decir, para todo el mundo.
Y los gimnasios, los eventos deportivos y culturales, los restaurantes (con reserva) estarán abiertos para los titulares del "distintivo verde", es decir, para los que tengan un certificado de doble vacunación o de recuperación.
"Estamos avanzando en un desconfinamiento responsable en la forma de 'Si estás vacunado, puedes entrar'", dijo el ministro de Defensa, Benny Gantz, sobre esta medida, que podría ser difícil de aplicar en las empresas.
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Además de los distintivos, los israelíes que hayan recibido las dos dosis también podrán recibir un "pasaporte verde" que les permitirá entrar en el país después de un viaje al extranjero sin tener que cumplir cuarentena, pero a condición de que tengan un test COVID-19 negativo.
"Delicado equilibrio"
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Al principio de la pandemia, los servicios de inteligencia habían recurrido a medidas antiterroristas para localizar a personas que habían estado en contacto con otras que habían contraído el COVID-19, lo que causó controversia y llevó a los políticos a frenar la iniciativa.
Esta vez, el gobierno anima a la gente a vacunarse, pero quiere encontrar también un "delicado equilibrio" entre la salud pública y el respeto a las libertades individuales, dijo Hagai Levine, profesor e investigador de salud pública en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
"En Israel, toda persona [mayor de 16 años] puede vacunarse gratuitamente (...) y creo que hay que vacunarse. Pero también es un derecho no querer hacerlo y en este sentido el gobierno no puede obligar a nadie", dice.
El "distintivo" y el "pasaporte" COVID aparecen cuando las autoridades intentan fomentar la vacunación entre los más jóvenes, al tiempo que el primer ministro Benjamin Netanyahu se esfuerza en reactivar la economía antes de las elecciones del 23 de marzo, cruciales para su supervivencia política.
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Según datos oficiales, el 96% de las personas de entre 70 y 80 años, más vulnerables al COVID-19, ha recibido al menos una dosis de la vacuna, una tasa que se reduce al 44% entre los jóvenes de entre 20 y 29 años, en un país que no tiene problemas de suministro de vacunas.
"Las autoridades deberían haber puesto en marcha esta medida un mes antes (...) pero esto forma parte claramente de la campaña de Netanyahu para ser reelegido", apunta Levine.