En Florida, Estados Unidos, una vez más, invitan a los cazadores de serpientes a viajar hasta allí para ayudar a reducir la proliferación de pitones. Esa especie se convirtió en gran amenaza para la fauna local y ahora, por el calentamiento global, se empieza a propagar hacia el norte del estado.
Por tratarse de una especie invasora y altamente depredadora de la fauna local, la invitación a cazar pitones ahora se extiende durante todos los días del año a todo el que tenga licencia de caza y cumpla ciertos requisitos.
El estado de Florida les paga a los cazadores según lo que mida la serpiente. Son 50 dólares, alrededor de 200 mil pesos colombianos, por cada 30 centímetros de longitud.
Donna Kalil, cazadora de serpientes, asegura que hasta los caimanes han sido víctimas de estas serpientes: "Lo agarra, lo enrosca, lo constriñe y una vez muerto se lo traga entero, todo depende de cuál sea el depredador más grande, eso decidirá quién gana la batalla".
Lo peor es que la presencia de estos reptiles ha pasado factura a las especies nativas. Por ejemplo, la población de mapaches y zarigüeyas en los Everglades se ha reducido 99% y los conejos de pantano y de cola blanca, además de los zorros, ya han desaparecido de ese Parque Natural.
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“Donde antes había miles de animales, ahora hay un silencio inquietante. Es como una ciudad fantasma. Es un desierto. Es un desierto de animales como consecuencia de las pitones", cuenta Tom Rahill, cazador de pitones.
Se estima que actualmente en los Everglades hay alrededor de 300 mil serpientes pitón birmanas sin depredador importante además de los humanos.
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Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, el cambio climático está contribuyendo a que estos depredadores se propaguen más hacia el norte.
Cifras oficiales dan cuenta que durante las últimas dos décadas se han eliminado 18 mil de estas serpientes, sin embargo, aún es una cifra muy baja mientras el problema crece.