Rodney Baker y su pareja decidieron viajar a Yukón y, en lugar de cumplir el período de autoaislamiento obligatorio de 14 días, tomaron un avión hasta Beaver Creek, una pequeña población cerca de la frontera con Alaska, EE. UU., donde se hicieron pasar por humildes trabajadores para recibir la vacuna COVID-19.
Dijeron que recién habían empezado a laborar en un motel de esa zona en Canadá, pero luego de inmunizarse se fueron directo al aeropuerto.
Tras descubrirse el engaño, el empresario tuvo que renunciar a su cargo como presidente de Great Canadian Gaming Corporation.
La pareja también enfrenta ahora cargos en Canadá, pero no por saltarse la fila para recibir la vacuna COVID-19, sino por no cumplir con la cuarentena reglamentaria de 14 días.
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Y es que los esposos debían cumplir con el aislamiento en un hotel de Yukón, pero cuando las autoridades fueron a verificar, descubrieron que se habían marchado y estaban listos para tomar un avión y salir del territorio.
La pareja fue acusada de violar la ley local de medidas de emergencia civil, que contempla una multa máxima de 450 dólares y hasta seis meses de cárcel.
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