La compañía de inteligencia artificial de Elon Musk presentó el lunes la última versión de su chatbot, Grok 3, que el multimillonario espera que encuentre tracción en un sector altamente competitivo disputado por empresas como ChatGPT y DeepSeek de China.
El lanzamiento se produce mientras el hombre más rico del mundo está desplegando los enormes poderes que le otorgó el presidente estadounidense, Donald Trump, para reestructurar y desmantelar las agencias federales.
La campaña de reducción de costos sin precedentes ha planteado cuestiones de conflicto de intereses, dado que muchas de esas agencias tienen supervisión regulatoria sobre elementos del extenso imperio comercial de Musk.
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Musk ha promocionado Grok 3 como "terriblemente inteligente", con 10 veces más recursos computacionales que su predecesor que fue lanzado en agosto del año pasado.
El producto estrella de su empresa xAI fue entrenado con datos sintéticos y emplea mecanismos de autocorrección que evitan errores (conocidos como "alucinaciones") que afectan a algunos chatbots de IA y los llevan a procesar datos falsos o engañosos como si fueran hechos.
"Grok 3 tiene capacidades de razonamiento muy poderosas, por lo que en las pruebas que hemos realizado hasta ahora, Grok 3 está superando todo lo que se ha lanzado, del que tenemos conocimiento, así que es una buena señal", dijo Musk en una videollamada la semana pasada con la Cumbre Mundial de Gobiernos en Dubai.
El chatbot mejorado ingresa a un campo abarrotado de países que compiten por introducir productos de inteligencia artificial más sofisticados y rentables.
La startup china DeepSeek sorprendió a la industria mundial de IA el mes pasado con el lanzamiento de su chatbot R1 de bajo costo y alta calidad: un desafío directo a las ambiciones de Estados Unidos de liderar el mundo en el desarrollo de la tecnología.
Grok 3 también se enfrentará al chatbot de OpenAI, ChatGPT, enfrentando a Musk contra el colaborador convertido en archirrival Sam Altman.
Musk y Altman formaban parte del equipo de 11 personas que fundó OpenAI en 2015. Creado como un contrapeso al dominio de Google en inteligencia artificial, el proyecto recibió su financiación inicial de Musk, quien invirtió 45 millones de dólares para ponerlo en marcha.
Musk se fue tres años después, y luego, en 2022, el lanzamiento de ChatGPT por parte de OpenAI creó una sensación tecnológica global, una que no tenía a Musk como protagonista y que convirtió a Altman en una estrella.
Desde entonces, su relación se ha vuelto cada vez más tóxica y litigiosa, y la semana pasada el directorio de Open AI rechazó una oferta liderada por Musk para comprar la compañía por cerca de 100 mil millones de dólares.
Trump y la tecnología
Trump ha puesto la tecnología al frente y en el centro de su nueva administración. Los multimillonarios tecnológicos ocuparon un lugar destacado en su toma de posesión y ha anunciado una serie de importantes iniciativas de infraestructura de inteligencia artificial desde la Casa Blanca.
Musk se ha convertido en una figura clave en la administración, como uno de los asesores más cercanos de Trump y jefe del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), que ha iniciado una revisión radical de la burocracia del gobierno estadounidense.
Los críticos advierten que la proximidad de Musk al presidente plantea un importante conflicto de intereses, ya que guía a Trump en leyes y regulaciones en torno a la inteligencia artificial, solo un sector en el que tiene una participación comercial sustancial.
Según Bloomberg, xAI ha estado sondeando a posibles inversores para una ronda de financiación de aproximadamente 10 mil millones de dólares que valoraría la empresa en unos 75 mil millones de dólares.
Musk, quien también actúa como jefe de SpaceX y Tesla, lanzó la empresa xAI en julio de 2023, poco después de firmar una carta abierta pidiendo una pausa en el desarrollo de potentes modelos de IA.
AGENCIA AFP