Ricardo se lamenta de cuánto ha cambiado su vida, antes que llegara la llamada revolución bolivariana, trabajó en el sector turismo y podía cubrir todas sus necesidades. Ahora solo recibe una pensión que equivale a un dólar mensual.
“El ser humano en Venezuela le está quitando el puesto al perrito que se lo pasaba buscando en la basura”, expresa Roberto Jerez, ciudadano venezolano.
En la calle prácticamente la mayoría de los productos alimenticios cuestan 1 dólar o más. Un kilo de queso se consigue en 3,5 dólares, un cartón de huevos en un poco más de dos dólares y un kilo de carne se ofrece entre 3 y 5 dólares.
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Por eso, muchos profesionales como la docente Iris Naranjo, que gana menos de 4 dólares al mes, han tenido que buscar otras formas de ingresos que les permitan obtener divisas.
“Vender cosas, dulces, tortas, para poder sobrevivir”, relata la mujer.
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El economista Luis Crespo explica que 45 por ciento de las familias en el país logran acceder a divisas porque realizan diversos oficios o reciben remesas.
“Pero hay una gran mayoría que no ha podido dolarizar sus ingresos. Tenemos más de 7 millones de personas que de una manera u otra sus ingresos están determinados en proporción al salario mínimo”, subrayó el analista.
Según el Centro de Documentación y Análisis de la Federación de Maestros, se requerían, al cierre de agosto, 229 salarios mínimos para cubrir la canasta básica para una familia de cinco miembros.