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El papa Francisco "durmió toda la noche" después de sufrir su última crisis respiratoria, indicó este martes 4 de marzo el Vaticano, cuando se cumplen 19 días de la hospitalización del jesuita argentino de 88 años.
El pontífice fue ingresado en el hospital Gemelli de Roma el 14 de febrero por una bronquitis, que derivó en una doble neumonía. Pero su estado sufre altibajos, que activaron todas las alarmas.
"Con 88 años, estar 15 días en el hospital y tener episodios repetidos de molestias respiratorias es muy mala señal", resumió Bruno Crestani, jefe del servicio de neumología del hospital parisino Bichat.
(Lea también: Papa Francisco sufre dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda: nuevo informe sobre su salud )
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Para Hervé Pegliasco, responsable de neumología del hospital europeo de Marsella, en el sureste de Francia, esto provoca "un fenómeno de agotamiento, porque tiene que hacer un esfuerzo mayor para respirar".
La última recaída se produjo el lunes. Tras dos días con estado "estable", sufrió "dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda", según el último parte médico difundido por el Vaticano.
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La crisis estuvo provocada por una "importante acumulación" de mocos en los bronquios, que los médicos aspiraron con dos "broncoscopias", según los detalles difundidos.
El "Santo Padre" de los católicos también sufrió un nuevo broncoespasmo --contracción de la musculatura que recubre los bronquios--, provocando dificultades para respirar.
Un broncoespasmo también le provocó la segunda crisis tres días antes, pero en esa ocasión junto a "un episodio de vómitos con inhalación". Los médicos se dieron 48 horas para evaluar su estado.
Sin embargo, la crisis respiratoria más fuerte la tuvo el 22 de febrero, cuando necesitó también una transfusión de sangre.
Esta hospitalización, la cuarta y más larga desde 2021, genera preocupación por los problemas previos que debilitaron la salud de Jorge Bergoglio en los últimos años: operaciones en el colon y el abdomen, y dificultades para caminar.
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Su pronóstico sigue siendo "reservado". A consecuencia de la última recaída, retomó el lunes la "ventilación mecánica no invasiva" que le ayuda a respirar con una mascarilla y que había abandonado la víspera por una cánula nasal.
La situación ha reabierto además los interrogantes sobre su capacidad para desempeñar sus funciones, máxime cuando el derecho canónico no prevé ninguna disposición en caso de un problema grave que pueda afectar a su lucidez.
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El pontífice, que en los últimos tiempos descartó la idea de renunciar, no ha hecho ninguna aparición pública desde su hospitalización ni tampoco se han publicados fotos suyas ingresado en la clínica, como en ocasiones precedentes.
El domingo se ausentó del tradicional Ángelus por tercera semana consecutiva, aunque en un mensaje escrito dio las "gracias" a los fieles por sus oraciones, y tampoco asistirá al Miércoles de Ceniza, el 5 de marzo.
Su ausencia de esta ceremonia, que da inicio al período de ayuno de la Cuaresma, y sus repetidas recaídas siembran dudas sobre cuál será su estado para Semana Santa y Pascua, uno de los momentos más importantes para los católicos.
A la espera de su primera aparición pública, los fieles continúan su peregrinación hasta las puertas del hospital, donde a los pies de la estatua de Juan Pablo II, rezan y encienden velas por la salud del papa Francisco.
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"Esperemos que se mejore pronto", dijo a la AFP el lunes Antonio Migliavaca, un vendedor italiano. "Es una persona mayor que está dando mucho a la Iglesia. Esperemos que se mejore lo antes posible", agregó.
Otros cientos se congregaron en la plaza vaticana de San Pedro, junto a los cardenales presentes en la Ciudad del Vaticano, para participar en la octava noche consecutiva de rezo del Rosario "por la salud del Santo Padre Francisco".
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AGENCIA EFE