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“El oso quería ver si éramos comida”: mamá que protegió a su hijo de un enorme animal

Silvia Macías contó los momentos de miedo que vivió durante el tiempo en el que un oso interrumpió la celebración de cumpleaños para su hijo, a quien le cubrió los ojos haciéndole creer que se trataba de un juego.

“El oso quería ver si éramos comida”: mamá que protegió a su hijo de un enorme animal

El insólito encuentro entre un oso y una familia en México, en pleno almuerzo al aire libre, sigue sumando vistas en redes sociales. Silvia Macías, la valiente madre que protegió a su hijo, narró lo que pasó en el insólito encuentro.

Todo había comenzado como una celebración por los 15 años del hijo de esta mujer, llamado Santiago, que terminó con un invitado inesperado y aterrador.

Un oso negro se coló a la fiesta del menor de edad y no dudó en dejar sin almuerzo a quienes estaban en la celebración. Las enchiladas, los tacos y las papas fritas que compartían en el agasajo desaparecieron en cuestión de segundos.

“Compramos la comida para llevar al cerro, llegamos al cerro, nos sentamos, comimos y a la mitad de la comida se apareció el oso”, narró Silvia, quien no se había dado cuenta del arribo del comensal de cuatro patas hasta que fue advertida por una de las personas que compartía con ellos.

“Ya estábamos sentados comiendo cuando una de mis amigas me dijo ‘vamos a hacer un juego, le vamos a dar una sorpresa a Santiago, le vamos a tapar los ojos y no nos vamos a mover’, y yo: ‘deja de estar jugando’, y me dijo ‘sí es en serio’; y ya volteé y lo vimos (al oso) que venía hacia acá, pero se veía lejos. Cuando tomé a Santiago para agarrarlo, ya (el animal) estaba encima de la mesa. Fue muy rápido, muy rápido”, relató.

Fue así como el instinto de madre de Silvia la llevó a resguardar a su hijo con síndrome de Down.

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La madre recordó que “ya estando el oso allí encima fue eterno. Yo decía ‘en qué momento se va, qué va a hacer’, porque además se nos acercaba, respiraba, él quería ver si éramos comida también, pero fue mucho susto”.

Silvia sabía que lo peor que podía pasar era que su hijo Santiago se sobresaltara y el oso lo viera como una amenaza. Pero en medio del miedo mantuvo la calma y se la transmitió al menor de edad, que se mantuvo inmóvil sin saber qué ocurría.

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Al final, una vez el invitado quedó saciado, se fue como llegó, en silencio y rápido.

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