Juan Pablo II se salvó de morir gracias a la Virgen de Fátima un 13 de mayo

Cada 13 de mayo se celebra la festividad de la Virgen de Fátima. En 1981, en esta misma fecha, la Plaza de San Pedro fue testigo de un acontecimiento que estremeció a la fe católica y al mundo entero. Ese día, mientras el Papa Juan Pablo II saludaba a los fieles desde su papamóvil, Mehmet Ali Agca, un terrorista turco, disparó contra el pontífice, hiriéndolo gravemente y poniendo en peligro su vida.

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La intervención de la Virgen de Fátima

Juan Pablo II siempre tuvo una profunda devoción por la Virgen de Fátima y no es casualidad que el atentado ocurriera el mismo día de la primera aparición de la Virgen a los tres pastorcitos en Portugal, en 1917.

El Papa atribuyó su supervivencia a la intervención de la Virgen, quien desvió las balas, permitiéndole sobrevivir a pesar de las graves heridas.

Las balas no tocaron órganos vitales, pero perdió casi el 75 % de su sangre debido a la perforación intestinal. El doctor Francesco Crucitti realizó una cirugía de emergencia durante casi seis horas, y el Papa requirió transfusiones y una colostomía temporal.

El ataque no solo marcó al Papa físicamente, sino que también fortaleció su fe y su mensaje de paz y reconciliación. En un acto de perdón y misericordia que resonaría en todo el mundo, Juan Pablo II visitó a Agca en la prisión y le ofreció su disculpa, demostrando los valores cristianos de compasión y redención.

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La conexión con la profecía de Fátima

La relación entre el atentado y la Virgen de Fátima se profundiza aún más al considerar las profecías entregadas a los niños videntes. Una de ellas hablaba de un "obispo vestido de blanco" que sufriría mucho, una imagen que varios han asociado con Juan Pablo II y el intento de asesinato.

El legado de un Papa guerrero

El 13 de mayo se celebra en honor a la Virgen de Fátima y Juan Pablo II visitó el santuario en varias ocasiones, sintiendo que su vida había sido salvada milagrosamente por la intervención de “una mano materna” como la Virgen había anunciado en Fátima: "Al final mi Corazón Inmaculado vencerá".

Juan Pablo II emergió del atentado como un símbolo de la lucha contra la opresión y la injusticia. Su pontificado se caracterizaría por su labor para promover la paz y la dignidad humana, inspirando a millones con su resiliencia y su fe.

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