
El miércoles 21 de febrero de 2001 no fue un día cualquiera. En esa fecha, el argentino Jorge Mario Bergoglio, que 12 años después sería conocido como el papa Francisco,
fue creado cardenal, junto a otros 43 clérigos, por Juan Pablo II. Antes de llegar al Vaticano, el jesuita les hizo un pedido especial a sus fieles.Vivía en un apartamento y se preparaba la cena
El 28 de febrero de 1998, cuando Bergoglio fue nombrado arzobispo de Buenos Aires, decidió vivir en un apartamento y prepararse la cena. Defendía su elección diciendo que "mi gente es pobre y yo soy uno de ellos", según un documento del Vaticano.
Llegó a ascender en la Iglesia católica por monseñor Antonio Quarracino, quien falleció poco después de que el papa Francisco fue nombrado arzobispo y siempre vio en él a una persona valiosa. El clérigo llamaba al sumo pontífice “el santito” y viajó para hablar personalmente con Juan Pablo II con el objetivo de que nombrara a Bergoglio como su obispo auxiliar, convirtiéndose en mano derecha de quien se convirtió en su amigo.
Quarracino acudió nuevamente a Wojtyla años después y le pidió que eligiera a Francisco
como su sucesor, siendo nombrado arzobispo de Buenos Aires en 1997. Meses después, en 1998, el amigo de Bergoglio falleció.El pedido especial del papa Francisco cuando supo que iba a ser nombrado cardenal
Antes de partir a Roma para el Consistorio, el Vaticano señala que Bergoglio “no se compró un traje nuevo, sino que hizo arreglar el de su predecesor, Antonio Quarracino, fallecido en 1998. El Papa Juan Pablo II le confió el título de cardenal de la iglesia romana de San Roberto Belarmino, santo jesuita y Doctor de la Iglesia”.

Asimismo, el papa argentino les hizo un pedido especial a sus fieles: no viajar a Roma para celebrar su nombramiento y mejor usar el dinero del viaje para dárselo a los pobres.Lo que dijo el papa Juan Pablo II en la creación de cardenales
“Hoy es una gran fiesta para la Iglesia universal, que se enriquece con cuarenta y cuatro nuevos cardenales”, expresó el papa polaco. “La Roma católica estrecha a los nuevos cardenales en un cordial abrazo, convencida de que se está escribiendo otra página significativa de su historia bimilenaria”, añadió.
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Juan Pablo II expresó en su homilía que “el mundo se hace cada vez más complejo y mudable, y la viva conciencia de las discrepancias existentes produce o aumenta las contradicciones y los desequilibrios”.
Tras ser creado cardenal, Bergoglio escribió que este nombramiento “es una cercanía mayor con el Papa, colaborando con el Sumo Pontífice en el servicio de la Iglesia Universal. Es el Papa quien los elige y en este caso estoy absolutamente seguro de que se trata de una especial consideración y cariño hacia la sede de Buenos Aires (...). Juan Pablo II quiere mucho a la Argentina. Todavía recuerdo su voz vibrante y alentadora durante su visita (al país): '¡Argentina, levántate!', y sigue muy de cerca los problemas de nuestra patria con un corazón paterno".La homilía que nunca pronunció como cardenal
Planeaba decirla tras regresar del cónclave de 2013, pero no pudo hacerlo porque fue elegido como el papa Francisco.
De acuerdo con el Vaticano, en ella manifestaba que "hay que salir a experimentar nuestra unción, su poder y su eficacia redentora" en las periferias, a través de "un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros".

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Tras ser nombrado papa, en sus primeras palabras como Francisco dijo que “el deber de un cónclave es dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo... pero estamos aquí”. Luego pidió una oración por Benedicto XVI, que renunció al pontificado y falleció a finales de 2023.
Tras rezar el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria, dijo que comenzaba el “camino obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad todas las iglesias. Un camino de hermandad, de amor, de confianza entre nosotros. Pidamos siempre por nosotros: los unos por los otros. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran hermandad. Os deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi cardenal vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad, tan bella”.
Después dio una bendición a los ciudadanos presentes en la Plaza de San Pedro y al mundo, y manifestó: “Muchas gracias por la acogida. Rezad por mí”, algo que pidió a lo largo de sus más de 10 años como obispo de Roma.
EDITADO POR SANDRA SORIANO SORIANO
PERIODISTA DIGITAL NOTICIAS CARACOL
smsorian@caracoltv.com.co
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*Con información del Vaticano