Cuatro años de investigación dieron como resultado un demoledor informe sobre la conducta de militares australianos enAfganistán , donde habrían asesinado a 39 civiles y prisioneros.
Angus Campbell, jefe de la fuerza de defensa australiana, condenó los hechos y pidió perdón al pueblo afgano.
Un juez examinó en detalle 57 denuncias y encontró información fidedigna para fundamentar 23 presuntos asesinatos ilegales de 39 personas a manos de 25 miembros de las fuerzas especiales de Australia, entre ellas prisioneros, agricultores y otros civiles.
"Hoy, se están exigiendo cuentas a las Fuerzas de Defensa de Australia con razón por las graves acusaciones de mala conducta de algunos miembros de nuestras fuerzas especiales durante operaciones en Afganistán", declaró el jefe del Ejército del país oceánico, Angus Campbell, en una rueda de prensa en Camberra.
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El militar de más alto rango en ese país admite la existencia de una cultura "destructiva" de impunidad, que condujo a una serie de presuntos asesinatos y encubrimientos que duraron años entre las fuerzas especiales desplegadas en Afganistán para luchar junto a las fuerzas estadounidenses y aliadas contra el terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre.
Se colocaron armas y radios alrededor de los cuerpos para que parecieran enemigos muertos en combate.
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Las prácticas incluían ritos de iniciación que consistían en asesinar a personas.
En el informe entregado por el fiscal, hay 143 recomendaciones entre las que se encuentran el pago de indemnizaciones a las familias de las víctimas y reformas en el Ejército, pero en Afganistán esperan otra cosa.
“Queremos que el gobierno investigue este caso con precisión, y quienes cometieron estos actos deben ser traídos a Afganistán y ser juzgados aquí”, manifestó Inaam Ullah, residente de Kabul.
Los hechos, por los que Campbell pidió perdón al pueblo afgano, habrían ocurrido entre 2009 y 2013.
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