Una masiva manifestación estalló este domingo en el norte de India para pedir justicia por la muerte por ahogamiento de una recepcionista, en un presunto crimen que implica al hijo de un destacado líder del gobernante Bharatiya Janata Party (BJP, hinduísta).
El cuerpo de la joven de 19 años, identificada como Ankita Bhandari, fue hallado el sábado 24 de septiembre en el río Ganges en la ciudad de Rishikesh, del norteño estado de Uttarakhand, tras cinco días desaparecida.
La mañana de este domingo cientos de personas acudieron a la morgue a donde fue trasladado el cuerpo de la recepcionista para exigir justicia por el crimen, por el que ya han sido arrestados tres sospechosos, informó en una declaración en video el superintendente adjunto de policía Shekhar Suyal.
La presunta participación de Pulkit Arya, propietario del hotel en el que trabajaba la joven e hijo de Vinod Arya, líder regional del BJP en Uttarakhand, volcó en seguida la atención de los medios convirtiendo el suceso en un caso de alto perfil.
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"Le aseguré al padre de Ankita Bhandari que el gobierno regional tomará las medidas más estrictas contra los culpables y hará una investigación imparcial sobre este atroz crimen", dijo en Twitter el jefe de Gobierno de Uttarakhand, Pushkar Singh Dhami.
El BJP, la formación del primer ministro, Narendra Modi, informó de la expulsión Pulkit Arya de las filas de la formación tras la detención de su hijo.
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Las autoridades de momento no han ofrecido información sobre cuál pudo ser el motivo del crimen de la recepcionista.
Las muestras de indignación colectiva y las masivas protestas callejeras por crímenes contra mujeres se han vuelto cada vez más frecuentes en India, con buena parte de la población acusando a las autoridades de la tolerancia y el encubrimiento de estos crímenes.
El país vivió protestas sin precedentes contra la violencia a las mujeres a finales de 2012, tras la violación en grupo de una joven universitaria en un autobús en Nueva Delhi y su posterior muerte por las graves heridas que le causó la sevicia.
Ese caso marcó un antes y un después en el país y desde entonces las leyes contra las agresiones sexuales se han ido endureciendo, acelerando también la pena capital contra algunos agresores, aunque muchos critican que las medidas no han sido suficientes.
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