Un jubilado será juzgado por reclutar a docenas de desconocidos en línea para violar a su esposa después de drogarla hasta dejarla inconsciente, en un caso que ha horrorizado a Francia .
Otros 51 hombres también están siendo juzgados en la ciudad sureña de Aviñón junto al principal sospechoso, un exempleado de 71 años de la empresa eléctrica francesa EDF.
Se les acusa de violar a la mujer que, según dicen sus abogados, estaba tan sedada que no era consciente del abuso.
El proceso será "una experiencia horrible" para la víctima, que ahora tiene más de 70 años y que no desea ser identificada, dijo Antoine Camus, uno de sus abogados.
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"Por primera vez, mucho después de los hechos, tendrá que revivir las violaciones que sufrió durante 10 años", declaró a la AFP, añadiendo que su cliente "no recuerda nada" de los abusos que descubrió recién en 2020.
La mujer podría haber pedido que el juicio se celebrara a puerta cerrada, pero no lo hizo, porque "eso es lo que sus agresores habrían querido", dijo Camus.
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"Está completamente decidida a enfrentarse a ellos y a su marido, con quien vivió durante 50 años, pero del que no sabía nada, como descubrió a los 68 años", afirmó el abogado.
¿Cómo descubrieron las violaciones?
La Policía comenzó a investigar al acusado Dominique P. en septiembre de 2020, cuando fue sorprendido por un guardia de seguridad grabando en secreto bajo las faldas de tres mujeres en un centro comercial.
Al examinar su computadora, la Policía dijo que encontró miles de fotografías y videos de su esposa, visiblemente inconsciente y muchas veces en posición fetal.
Las imágenes mostrarían decenas de casos de violación en la casa de la pareja en Mazan, un pueblo de apenas 6.000 habitantes a unos 33 kilómetros de Aviñón, en Provenza.
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Violadores recibían instrucciones precisas
Los investigadores también encontraron chats en un sitio llamado coco.fr, ahora cerrado por la Policía, en el que reclutaba a desconocidos para que fueran a su casa y tuvieran relaciones sexuales con su esposa.
Se contabilizó un total de 92 violaciones cometidas por 72 hombres, de los cuales 51 fueron identificados formalmente.
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Dominique P. admitió ante los investigadores que le dio a su esposa tranquilizantes potentes, especialmente Temesta, un medicamento para reducir la ansiedad.
El abuso comenzó en 2011, cuando la pareja vivía cerca de París, y continuó después de mudarse a Mazan dos años después.
El sospechoso dio a los hombres instrucciones estrictas para que no la despertaran cuando abusaran de ella durante la noche. No se permitía que usaran loción para después del afeitado ni olor a cigarrillo y tenían que calentarse las manos antes de tocarla. Así mismo, debían desvestirse en la cocina para no dejar accidentalmente ropa en el dormitorio.
El marido participó en las violaciones, las grabó y alentó a los otros utilizando un lenguaje degradante, según los fiscales. No hubo intercambio de dinero.
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Entre los violadores acusados, de edades comprendidas entre 21 y 68 años, se encontraban un conductor de carretilla elevadora, un agente de bomberos, un jefe de empresa y un periodista.
Algunos eran solteros, otros casados o divorciados y algunos hombres de familia. La mayoría participó sólo una vez, algunos hasta seis veces.
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“Ella cada vez estaba más cerca del coma”
La defensa de los juzgados ha sido que simplemente ayudaron a una pareja libertina a vivir sus fantasías sexuales, pero Dominique P. dijo a los investigadores que todos ellos sabían que su esposa había sido drogada sin su conocimiento.
El proceso deberá establecer hasta qué punto comprendieron la situación cuando mantuvieron relaciones sexuales con la mujer cuyo estado, según un experto, "era más cercano al coma que al sueño".
El acusado dijo a los fiscales que solo tres hombres abandonaron la casa rápidamente después de arribar, mientras que todos los demás procedieron a tener relaciones sexuales con su esposa.
Dominique P., que afirmó haber sido violado por un enfermero cuando tenía 9 años, está dispuesto a enfrentarse "a su familia y a su mujer", declaró a la AFP su abogada, Béatrice Zavarro.
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Este juicio puede no ser el último. También se le acusa de un asesinato y una violación en 1991, que él niega, y de un intento de violación en 1999, que admitió después de una prueba de ADN concluyente.
"No existe un perfil típico de violador", explica a la AFP Véronique Le Goaziou, especialista en violencia sexual.
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"Mucha gente dirá que está loco", dijo sobre Dominque P. "Pero no hay ninguna certeza. Sólo a un pequeño número de violadores se les diagnostica una verdadera enfermedad mental".
Las evaluaciones psiquiátricas realizadas durante la investigación demostraron que Dominique P. era "un patriarca" y "un manipulador" con una personalidad "perversa" que usaba a su esposa como "cebo".
Está previsto que el juicio se prolongue hasta diciembre.