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Donald Trump: con nombramientos que anunció, ¿qué se puede esperar de su nuevo mandato en EE. UU.?

Su gabinete estará compuesto por personas con lealtad absoluta a su visión y respaldo a sus medidas más polémicas. Expertos analizan qué puede venir, por ejemplo, en materia migratoria y de seguridad.

Los nombramientos de Donald Trump.
Los nombramientos de Donald Trump: Marco Rubio, Elon Musk, Tom Homan y Tulsi Gabbard.
Archivo particular

El futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya empezó a seleccionar su equipo con el nombramiento de una veintena de personas que comparten un perfil común: lealtad absoluta a su visión, una buena presencia en televisión y firme respaldo a sus medidas más polémicas, como las deportaciones masivas.

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Algunos de estos nombramientos deberán ser confirmados por el Senado, donde los republicanos tendrán a partir de enero una mayoría de 53 escaños que podría verse afectada por disidencias internas. Ante ese escenario, Trump ya adelantó que tratará de evitar ese trámite en esa Cámara y hacer nombramientos unilaterales.

Por lo pronto, entre los perfiles que ya nombró están Susie Wiles, quien será la primera mujer en ejercer el cargo de jefa de gabinete, y Karoline Leavitt, de apenas 27 años, quien será su secretaria de prensa en la Casa Blanca.

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Donald Trump.
Donald Trump.
AFP

Pero hay otros nombramientos cuyo anuncio estuvo marcado por la controversia. Por ejemplo, Stephen Miller, quien será subdirector de política de la Casa Blanca, fue el arquitecto de las políticas de separación de familias migrantes y la prohibición de entrada a personas de países de mayoría musulmana durante el primer mandato de Trump. Ahora es el ideólogo de los planes de deportaciones masivas.

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También está Matt Gaetz, uno de los legisladores más fieles a Trump en el Congreso, cuyo nombramiento como fiscal general es de los más sorprendentes y hay dudas de que pueda ser confirmado por un Senado que dominan los republicanos. Gaetz fue acusado de tráfico sexual de una menor y está siendo investigado por ello por el Comité de Ética de la Cámara de Representantes, así como por consumo de drogas.

>>>Puede leer: Donald Trump nombra a Robert F. Kennedy Jr. como futuro secretario de Salud de Estados Unidos

No menos polémicos están los recientes nombramientos de Marco Rubio y Elon Musk. El primero, senador por Florida desde 2011, de origen cubano y considerado un "halcón" en política exterior -defensor de una línea dura frente a China e Irán, así como de sanciones contra Cuba, Venezuela y Nicaragua-, será secretario de Estado. Y aunque ahora es leal al expresidente, ambos mantuvieron una rivalidad intensa durante la contienda por la nominación presidencial republicana en 2016, que finalmente ganó Trump.

Y el segundo, el magnate propietario de SpaceX, Tesla y de la red social X, la persona más rica del mundo, será director de eficiencia gubernamental. Musk, antiguo crítico de Trump, ha sido uno de sus mayores donantes en la campaña presidencial y ahora dirigirá, junto al empresario Vivek Ramaswamy, un organismo dedicado a la eficiencia gubernamental. Ya prometió recortar un tercio del presupuesto federal.

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El ramillete de nombramientos polémicos lo completan Pete Hegseth, presentador de Fox News y sin experiencia internacional, quien será jefe del Pentágono. Una elección poco convencional para dirigir las Fuerzas Armadas más poderosas del mundo. Está también Thomas Homan, a quien el propio Trump llamó su “zar de la frontera”. Él estuvo al frente de la agencia de migración (ICE) durante el primer mandato del republicano y fue el encargado de deportaciones en el Gobierno de Barack Obama. También participó en la política de separación de familias y ha prometido más redadas en centros de trabajo para detener a indocumentados, abriendo la puerta al uso de militares. Y, por último, está Robert F. Kennedy Jr, un teórico de la conspiración y escéptico de las vacunas, a quien Trump nombró su secretario de Salud y Servicios Humanos.

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APU GOMES/Getty Images via AFP

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Para Juan Nicolás Garzón Acosta, profesor de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, los nombramientos hasta ahora anunciados muestran que el segundo de Trump será un Gobierno “seguramente, como el anterior, muy personalista y centrado en su figura”.

“El hecho de que Trump esté nombrando a su círculo más cercano, de alguna manera en quienes más confía y quienes fueron claves durante su campaña, hace pensar que estará muy de cerca de lo que prometió como candidato y que ahora quiere cumplir como presidente”, agrega Garzón Acosta, quien afirma también que los perfiles elegidos por Trump son de una tendencia evidentemente “más conservadora y antinmigración”.

¿Qué viene en materia migratoria?

Analistas coinciden precisamente en que una de las principales conclusiones luego de estos nombramientos es que Trump ha optado por elegir a figuras conocidas por sus duras posiciones para frenar la migración y adelantar deportaciones, lo que ratifica la intención del presidente electo de cumplir una de sus principales promesas de campaña, aunque no parece que la tendrá fácil.

>>>Lea también: Régimen de Maduro cuestiona nombramiento de Marco Rubio en Gobierno Trump y hace apuesta

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La migración en situación ilegal fue un punto clave para los votantes en las presidenciales de Estados Unidos, y las promesas de Trump de cerrar la frontera y llevar a cabo la mayor deportación de la historia del país parecen haber resonado en las urnas. Pero concretar estas promesas puede ser complicado, advierten expertos en el área.

Migrantes en la frontera con México.
Migrantes en la frontera con México.
Noticias Caracol

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Aaron Reichlin-Melnick, asesor del Consejo Americano de Inmigración, sostiene que con entre 13 y 15 millones de migrantes sin documentos en Estados Unidos (no los 20 millones que Trump cita sin fuentes en sus discursos), hablar de deportaciones masivas "no es realista". Sería necesario emplear a decenas de miles de funcionarios para atender cientos de centros de detención y tribunales en todo el país, sostuvo el abogado de esta organización sin fines de lucro, lo que tendría un costo extraordinario y tomaría mucho tiempo.

"Estimamos que tomaría más de una década (deportar a 13 millones de personas)", le dijo a la AFP. "Y eso es solo asumiendo que el Congreso financie al Gobierno en torno a cerca de un billón de dólares para ejecutar esas deportaciones masivas".

Dejando de lado los detalles prácticos, el perfil de las figuras elegidas por Trump para asumir esta área muestra cierta determinación por parte del magnate.

Además de Thomas Homan, el “zar de la frontera”, está la apuesta de Trump para liderar el Departamento de Seguridad Nacional, la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, una republicana de 52 años que ganó fama internacional recientemente cuando echó por tierra su oportunidad de ser la vicepresidenta del hoy presidente electo al admitir en su biografía, con cierto orgullo, que mató a su perro Cricket porque era "imposible de entrenar".

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A pesar de que su estado, al norte del país, no colinda con México, Noem ganó aplausos de la derecha cuando envió efectivos de la Guardia Nacional a su cargo a la frontera. Tras ser nominada a su nueva posición, Noem dijo que se sentía "honrada". "Aseguraremos la frontera, y vamos a restaurar la seguridad de las comunidades estadounidenses para que las familias puedan tener de nuevo la oportunidad de perseguir el sueño americano", dijo.

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La inteligencia y el rol internacional

Hay nombramientos que generan otro tipo de precauciones. El de Tulsi Gabbard, una firme oponente al intervencionismo militar de Washington, al frente de los servicios de inteligencia, por ejemplo, generó preocupación, sobre todo por una eventual politización del trabajo de los espías estadounidenses y su sometimiento a la Casa Blanca.

Pero antes de ocupar el cargo, la exsoldado de 43 años, tránsfuga del Partido Demócrata, deberá ser refrendada por el Senado. Si esa Cámara da su visto bueno, la mujer, que no tiene experiencia en la materia y se ha manifestado en el pasado a favor de los presidentes ruso Vladimir Putin y sirio Bashar al Asad, se convertirá en la nueva directora de inteligencia nacional.

El puesto, eminentemente político, fue creado en 2005 después de que se descubriera hasta qué punto la falta de coordinación entre las diferentes oficinas gubernamentales impidió frustrar los atentados del 11 de septiembre de 2001.

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"Es una función administrativa para asegurarse de que las agencias se hablan entre sí, que se coordinan (...), que la CIA no dirige el baile y que existen reglas de análisis", le explica a la agencia AFP Mathew Burrows, un exempleado de la CIA que actualmente se desempeña como analista en el gabinete de ideas Stimson de Washington.

El director de los servicios de inteligencia también habla con el presidente a diario, por lo que las opiniones de Gabbard y su cercanía con Trump generan inquietud, aunque sus predecesores también compusieron un equipo a su medida.

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"Su nombramiento será una amenaza para la seguridad de Estados Unidos", afirma, por su parte, Tom Nichols, profesor de la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos. "Una persona con (esas) opiniones no debería poder acercarse a las joyas reales de la inteligencia estadounidense". Hace años que las declaraciones de Gabbard causan polémica, como cuando aludió a las "preocupaciones legítimas de Rusia sobre una posible entrada de Ucrania en la Otán".

Para expertos, el segundo mandato seguramente empiece de otra manera. Trump "quiere neutralizar críticas de la comunidad (y) Gabbard, al estar a cargo de la sesión informativa diaria con el presidente, tiene el poder de eliminar el análisis que no sirva a sus decisiones", según Burrows. El experto teme que las opiniones de Gabbard "politicen los servicios de inteligencia". Ella "debe entender que su función es decir la verdad al poder. Y estoy seguro de que Trump no tiene eso en mente porque (...) está convencido de poseer toda la verdad que necesita", advierte el analista.

Habrá que esperar un tiempo para comprobar las consecuencias reales del nombramiento pero "la comunidad teme, necesariamente, una caza de brujas", señala Alexandre Papaemmanuel, profesor del instituto Sciences-Po de París.

Simpatizantes de Donald Trump.
Simpatizantes de Donald Trump.
AFP

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Donald Trump "lo pondrá todo patas arriba", pronostica. "Así como pudo romper los códigos de la política, de la relación mediática con los electores y los ciudadanos, lo que se puede y no se puede decir, podemos imaginar que querrá romper los muy viejos códigos de los servicios de inteligencia".

En esa línea, para Juan Nicolás Garzón Acosta, de la Universidad de La Sabana, el segundo mandato de Trump se perfila, en últimas, como uno “más confrontacional, probablemente con un discurso más nacionalista y que intentará sacar a Estados Unidos de varios compromisos internacionales en los cuales está involucrado”.

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Los expertos coinciden, en todo caso, en que este nuevo gobierno, con el gabinete que se está conformado, optará por dar golpes de opinión fuertes, visibles y que marquen la línea de la llegada de una nueva administración que quiere mostrarse comprometida con políticas más duras en materia económica, de seguridad, migratoria, internacionales e incluso de salud. Lo que está por verse es cómo reaccionará la ciudadanía a esas decisiones.

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