El reproche político y social prácticamente unánime a las conductas del suspendido presidente de la Real Federación Española de Fútbol, RFEF, Luis Rubiales , es fruto de la lucha del movimiento feminista en los últimos años, que comenzó en las calles y llegó hasta el Parlamento, en forma de leyes.
El grueso de la clase política y de la sociedad civil y una parte importante del mundo del deporte condenaron la actitud de Rubiales, por el beso en la boca que dio a la jugadora Jennifer Hermoso durante la celebración de la conquista del mundial femenino en Sídney y su comportamiento en el palco de autoridades.
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Después de varias denuncias y una apertura de expediente disciplinario por parte de la FIFA, Rubiales sorprendió al anunciar que no pensaba dimitir, se presentó a sí mismo como una víctima y arremetió con dureza contra sus críticos, ajeno al fragor social que ha censurado sus actos y que no parece que vaya a parar hasta verle fuera de la institución.
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En una entrevista con la Agencia EFE, la coordinadora de la Comisión de Violencia de Género de Juezas y Jueces por la Democracia, María del Prado Escoda, considera que esta multitudinaria respuesta al comportamiento de Rubiales se debe a la "culminación de un proceso que se inició hace años" con la aprobación en 2004 de la ley de medidas de protección integral contra la Violencia de Género y siguió con posteriores leyes en materia de igualdad.
A partir de entonces se comenzaron a impulsar los protocolos y mecanismos de protección para las mujeres en empresas, instituciones y espacios públicos, como los que tiene la propia Real Federación Española de Fútbol.
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Este dispone que contactos físicos como "atraer con el brazo con el intento de besar" o "besar a la fuerza" deben ser considerados "situaciones, actitudes y comportamientos relacionados con la violencia sexual" que tendrán "consecuencias inmediatas".
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“Los protocolos existen", pero a la hora de ponerlos en práctica es cuando "vemos realmente las dificultades", denuncia la directora del Instituto Universitario de Estudios de Género de la Universidad Carlos III de Madrid, Clara Sainz de Baranda.
La presidenta de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional, Mar Mas, recuerda que "durante muchísimas décadas, las mujeres en el deporte han sufrido todo tipo de vejaciones, acoso y despidos por no querer complacer a muchos señores que están al mando", pero "ahora todo esto está cambiando".
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Para ella, el multitudinario apoyo que ha recibido Hermoso va dirigido también a "todas las Jennifers del mundo" y lanza un claro mensaje: "Que el machismo patriarcal más casposo y misógino tiene que salir de nuestras instituciones para llevar el nombre del fútbol y de todo el deporte al lugar que le corresponde".
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En medio de toda esta ola de reproches, condenas y comunicados pidiendo la dimisión del presidente, a la asociación le ha llamado la atención el silencio de las caras más conocidas del fútbol masculino español, con pocas excepciones durante las últimas horas de figuras como Isco Alarcón, Borja Iglesias o Héctor Bellerín.
"Si no van a salir a defendernos como compañeras porque no nos ven como tales, si no nos quieren a su lado, que nos pongan otra federación. Es el momento de montar una federación únicamente compuesta por mujeres técnicas, por todo el personal al que han dado la espalda", reivindica Mas.
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La Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional aboga por seguir los pasos de la tenista y activista por los derechos de las mujeres Billie Jean King, fundadora de la WTA: "Las reglas del juego tienen que cambiar porque aquí, o jugamos todos o no juega nadie", advierte su presidenta.