El Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront) desmanteló un campamento de migrantes en el Darién. En el lote, al parecer, de un privado, se cobraban extorsiones, se vendía droga y hasta se prestaban servicios sexuales.
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El campamento en la frontera de Panamá con Colombia conformado por 55 chozas albergaba a cientos de migrantes con un solo sueño: llegar a Estados Unidos atravesando la selva del Darién. Pero mientras lograban conseguir el dinero para cruzarlo permanecían en este paso irregular. Las autoridades lograron desmantelarlo.
“El sector de la vertiente Cañas Blancas que viene directamente a la comunidad Acandí. No permitimos, por otro lado, que no se prolifere la contaminación”, aseguró Jorge Gobea, director del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá, en diálogo con Noticias Caracol en vivo.
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Según Senafront, en estos sitios donde estaría delinquiendo el Clan del Golfo y engañando a los migrantes, promueven la prostitución, la extorsión y la venta de droga.
Así lo confirmó Gobea: “Cuando las comunidades salen de su entorno tradicional para ejercer otro tipo de actividad comercial es lo que vas a encontrar aquí y entonces, cuando tienes una mala interpretación de las leyes, es lo que tenemos ahora mismo, que las comunidades piensan y sienten que ellos están en su derecho, que son sus tierras y pueden hacer y pueden estar en cualquier parte de ella, pero no pueden desarrollar actividades ilegales”.
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¿Qué encontraron en el campamento?
En el campamento desmantelado había botes, plantas eléctricas, neveras y tecnología avanzada para internet.
Ahora los migrantes serán redireccionados por el paso fronterizo autorizado llamado El Vergel de Cañas Blancas. Se les realizará la verificación biométrica para comprobar que tengan todos sus documentos en orden.
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