Diana Trujillo es una colombiana que llegó a Estados Unidos a los 17 años y a pulso se forjó su camino que hoy la tiene como ingeniera aeroespacial de la NASA , siendo una de las líderes que busca descubrir si hubo vida en Marte.
Desde niña siempre tuvo fascinación por las estrellas y el espacio, sin embargo, no fue sino hasta cuando ya era adolescente que la caleña encontró un referente.
“No había ninguna persona que yo conociera, ni hasta creciendo en Colombia que uno dijera: yo quiero ser como esa señora. Hasta que me encontré una revista que tenía todas las mujeres que habían sido astronautas en la NASA y esa revista tenía mujeres de muchas nacionalidades diferentes y me hizo pensar que de pronto podía ser una de esas mujeres en algún momento de mi vida”, recuerda
Fue así como emprendió con determinación un camino rumbo a lo desconocido, sola, en un nuevo país, sin dinero y sin saber el idioma.
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“Tomé tres trabajos, me puse en el colegio y aprendí inglés, después fui a la universidad y todo salió de una forma extremadamente perfecta, gracias a Dios”, expresa.
Con gran esfuerzo y dedicación no solo logró costear sus estudios en la Universidad de Florida y luego graduarse como ingeniera aeroespacial de la universidad de Maryland. También pudo ayudar a su mamá y hermanos que había dejado en Colombia.
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“No lo vi como una presión, yo lo vi más bien como que como cuando uno está corriendo una carrera y está mirando para donde uno va y no pensando si va ganando si no que va corriendo”, subraya.
Sin perder el norte, la NASA siempre fue la meta.
“Yo se lo dejé todo a Dios, mi camino fue ‘ok lo que venga lo hago y lo hago lo mejor que pueda y si por ahí me toca, pues por ahí me meto’ y nunca fue como que: ‘oh no, yo no quiero hacer esto o esto no es para mí’, siempre fue como ‘hágale pues, vamos a tratar’.
Así logró, primero, una pasantía en la Academia de la NASA y luego, vincularse a la Agencia Espacial y trabajar en una misión que llevó carga a los astronautas de la estación espacial internacional.
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Después hizo parte de la misión Curiosity, el vehículo explorador de Marte que descubrió que alguna vez hubo agua en el planeta rojo. Su actual misión es Perseverance, en ella es líder de operaciones y está a cargo del brazo robótico que hará la exploración en Marte.
“La misión de Curiosity fue la misión que contestó que hubo la posibilidad de sostener vida en Marte y ahora con Perseverance estamos tratando de contestar si hubo vida en el pasado en la superficie de Marte, así que nos tocó la pregunta más difícil”, manifiesta.
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El robot ya despegó y llegará a Marte en febrero del próximo año, después de siete largos meses de camino.
Sin embargo, durante su carrera también hubo quienes no creyeron en ella.
“Incluyendo personas como mi papá, por ejemplo, yo llamé papá y le dije que yo quería trabajar en la NASA y me dijo que no, me dijo que me quería mucho, pero que no quería que se me fuera a quebrar el corazón porque no era lo suficientemente inteligente para poder trabajar en la NASA”, cuenta.
Ahora, su misión es poder traer más mujeres a la industria del espacio.
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“Quiero es que otras personas que tengan una entrada a este país o a la ciencia o a la ingeniería parecida a la mía también, donde todo mundo le dice que no y resulta que sí, que yo las pueda ayudar”, dice.
Siendo madre y esposa con muchos sueños cumplidos, ahora Diana persigue uno que le queda por cumplir y es el de viajar al espacio y ver en persona la inmensidad del cosmos.