Este martes se desarrolló en Nueva York la primera jornada de intervenciones virtuales de los líderes de 193 países ante la asamblea general de Naciones Unidas. Una cita marcada por la pandemia, que empezó con un enfrentamiento: el presidente Donal Trump llamó a exigir cuentas a “China por infectar el planeta con el COVID-19 "
En un mensaje de solo siete minutos, el presidente de Estados Unidos fue directo contra el gobierno de ese país.
“Debemos responsabilizar a la nación que desató esta plaga en el mundo. En los primeros días del virus, China bloqueó los viajes a nivel nacional mientras permitía que los vuelos salieran e infectaran el mundo. Las Naciones Unidas deben pedir cuentas a China por sus acciones”, dijo el mandatario.
Trump también arremetió contra la Organización Mundial de la Salud por el manejo de la información.
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“El gobierno chino y la Organización Mundial de la Salud, que está virtualmente controlada por China, declararon falsamente que no había evidencia de transmisión de persona a persona”, aseguró.
El presidente chino, previendo el ataque de Trump, insistió en que la pandemia es un problema de todos y pidió apostar, en cambio, por la cooperación.
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“No tenemos la intención de librar una guerra fría o una caliente con ningún país. Continuaremos reduciendo diferencias y resolviendo disputas con otros a través del diálogo y la negociación”, manifestó el presidente Xi Jinping.
El secretario general de la ONU, António Guterres, señaló: “debemos hacer todo lo posible para evitar una nueva guerra fría. Nos movemos en una dirección muy peligrosa”.
El presidente de Rusia también se puso del lado de la colaboración para enfrentar la pandemia.
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“Estamos listos para compartir nuestra experiencia y continuar cooperando con todos los estados y organismos internacionales, incluyendo proporcionar la vacuna rusa, que ha probado ser confiable, segura y efectiva, a otros países”, subrayó el presidente Vladimir Putin.
Paradójicamente, aunque el nuevo formato le ha evitado congestiones y también emoción a la asamblea, la virtualidad permitió reunir este año más jefes de estado y de gobierno que nunca.
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