Varios cientos de opositores georgianos rodearon el lunes 15 de abril de 2024 el Parlamento en protesta contra los debates del proyecto conocido como ley de agentes extranjeros, promovido por el partido gobernante Sueño Georgiano, mientras la policía comenzaba a detener manifestantes.
"¡Ustedes son rusos! ¡Policía, toma el lado del pueblo!", clamaron los manifestantes, mientras los agentes del orden se ubicaron en las calles laterales del Parlamento y prepararon los cañones de agua para dispersarlos.
Según los medios georgianos, la Policía detuvo a varias personas, incluyendo al exdiputado opositor Zurab Dzhaparidze, líder del partido Nuevo Centro Político-Girchi.
Los agentes del orden detuvieron a quienes intentaban acceder por la fuerza a las calles laterales del Parlamento entre gritos de "¡No a la ley rusa!" y "¡Esclavos rusos!", muchos de ellos jóvenes, y enfrentaban violentamente a los policías.
La presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, expresó en la red social X su apoyo a los manifestantes y alertó que "las tropas especiales de la Policía con cañones de agua están listas a actuar contra los civiles que defienden su futuro europeo".
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"Continúan las detenciones. ¡Georgia no se someterá a una resovietización", añadió.
El Comité Jurídico del Parlamento de Georgia comenzó los debates de la polémica ley bajo la presidencia del líder de la mayoría parlamentaria, Mamuka Mdinaradze.
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"No existen argumentos que prueben que se trata de la ley rusa, de que sea una mala ley", aseveró.
Durante las sesiones del lunes, las tensiones desembocaron en un ataque del diputado opositor Alexandr Elisashvili, del partido Ciudadanos, que golpeó a Mdinaradze, tras lo cual fue expulsado de la sede del órgano legislativo.
La semana pasada, el primer ministro georgiano, Irakli Kobajidze afirmó durante una reunión del Gobierno de Georgia que las autoridades "solo conocen el 18% de las fuentes y objetivos de financiamiento de las organizaciones no gubernamentales en el país".
"En vistas a esto, volvemos a presentar el proyecto de ley sobre la transparencia de la influencia extranjera. En una sociedad democrática no existe alternativa a la transparencia. El proyecto de ley solo prevé la declaración anual de las fuentes de financiamiento por parte de las ONG y los medios", añadió.
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Kobajidze señaló que en marzo del año pasado, cuando este proyecto de ley fue presentado por primera vez y desató masivas protestas populares que obligaron al Gobierno a desecharlo, "la sociedad fue engañada".
"No podrán engañar por segunda vez a la sociedad. La falta de transparencia es totalmente inadmisible para nosotros", dijo.
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La oposición denuncia que esta norma legal podría convertirse en un instrumento para reprimir la disidencia al igual que lo hace Rusia con una ley similar.