Los 4 millones de bolívares que en promedio puede recoger un templo en siete misas representan menos de un dólar debido a la hiperinflación.
Aunque los datáfonos son un alivio a los problemas económicos de las iglesias, conseguirlos es un verdadero milagro porque los bancos no tienen suficientes para proveerles a sus clientes y algunas empresas los venden a 600 dólares.
Las dificultades de los santuarios no paran allí, pues muchos sacerdotes deben hacer recolectas de harina para preparar las ostias y racionar el vino.
“Aunque ellos (los feligreses) quisieran dar el corazón, la vida, por ayudar a la parroquia, no alcanza para cubrir los gastos”, afirma el padre Alirio Suárez, uno de los afectados por la crisis de Venezuela.
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Updated: agosto 14, 2018 02:52 p. m.