Cada siete décadas y media, el cometa Halley emerge en el cielo, regalándonos un espectáculo astronómico que ha fascinado a generaciones a lo largo de los siglos. Su última aparición visible a simple vista fue en 1986, marcando su máxima aproximación a la Tierra. Desde entonces, este cometa emprendió su retorno a las profundidades del sistema solar.
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En el transcurso de 2023, la comunidad científica observó con asombro cómo el cometa Halley superaba la órbita de Neptuno, alcanzando su punto más alejado del Sol en su travesía cósmica. El año 2024 será testigo de su afelio, el punto intermedio en su órbita, anunciando así su regreso a nuestro planeta.
A medida que avanza, la radiación solar desencadena la evaporación de parte de su superficie helada, generando la distintiva cola de gas y polvo que lo acompaña en su viaje espacial.
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Pero, ¿cuándo podremos presenciar nuevamente este espectáculo celeste? Según las estimaciones astronómicas, el 28 de julio de 2061 será el día en que el cometa Halley alcance su perihelio, la posición más cercana al Sol en su órbita. Los expertos prometen una observación más favorable que la de 1986, brindando una ubicación propicia para los entusiastas de la astronomía.
Es crucial señalar que en cada acercamiento al Sol, el núcleo del cometa Halley experimenta una pérdida gradual de entre 1 y 3 metros de su superficie. Este proceso continuo a lo largo de los siglos culminará en una disminución progresiva de su tamaño y, finalmente, en la pérdida de su icónica cola, transformándolo en una masa rocosa que se desintegrará hasta convertirse en polvo estelar.
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Por tanto, los aficionados de la astronomía deben prepararse para el 29 de julio de 2061, fecha en que el cometa Halley se aproximará más que nunca a la Tierra.
El origen del cometa Halley: Un Viaje desde la Nube de Oort
La historia del cometa Halley se remonta a su origen en la nube de Oort, una vasta región en el confín del sistema solar. Capturado por la gravedad de los cuerpos celestes en nuestro sistema, su órbita adopta una forma irregular, modelada por la influencia gravitacional de cada planeta en su trayectoria.
Desde el año 240 a.C., este cometa ha sido un testigo silente de la historia, avistado por civilizaciones antiguas como los babilonios, chinos y habitantes de la Europa medieval. Bautizado en honor al astrónomo inglés Edmund Halley, quien en 1696 calculó su ciclo de retorno, este cometa ha desempeñado un papel crucial en la comprensión científica de los cometas.
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Mientras aguardamos su próxima aparición, el cometa Halley sigue siendo objeto de estudio, conectándonos con los misterios del universo y recordándonos la efímera danza cósmica que caracteriza nuestra existencia en el vasto cosmos.