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Crudo testimonio de colombiana víctima de trata de personas: una amiga la llevó "al infierno"

Atraída por falsas promesas laborales, Alison Vivas fue víctima de trata de personas en México en 2017. Su valentía al compartir su historia busca prevenir que otras mujeres sufran la misma situación.

Víctima de trata de personas
Alison Vivas reveló que fue víctima de una red de trata de personas en México en 2017. Esta es su historia.
Colprensa archivo y captura de pantalla podcast Vos podés.

Atraída por falsas promesas laborales y con la esperanza de un futuro mejor, Alison Vivas reveló que fue víctima de una red de trata de personas en México en 2017, después de aceptar un trabajo propuesto por una amiga.

En una entrevista en el podcast Vos Podés, Alison explicó el motivo que la llevó a compartir su historia. Gracias al alcance de este formato, dice que hizo público su caso para ayudar a miles de mujeres que han pasado por situaciones similares y para prevenir que otras sufran lo mismo que ella.

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¿Qué le pasó a Alison?


Alison Vivas reveló que todo comenzó cuando una de sus amigas se fue de viaje a México. A través de las redes sociales, Alison veía que su amiga estaba viviendo el sueño de progresar y ganar dinero en ese país, lo que despertó su curiosidad por el trabajo que ella estaba realizando.

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Alison confió en la palabra de su amiga y, por ello, decidió viajar para trabajar como recepcionista en un restaurante. “Éramos muy amigas y uno jamás va a sospechar que aquí hay algo más o ella tiene una segunda intención porque aparte todas estábamos como por la misma edad”, comentó, asegurando que en la época de los hechos tenía 22 años.

El 13 de marzo de 2017, Alison empacó sus sueños en una maleta sin avisar a nadie de su familia. Contó que cuando llegó al aeropuerto de Cancún le dieron unas indicaciones, entre ellas, que tenía que decir que iba como turista y que iba a visitar a su novio. “Me dijo cuando llegues al aeropuerto de Cancún por ningún motivo te vayas a cruzar por cualquier filtro, vas a pasar por el número uno. Te va a atender una mujer y cuando te pregunte vas a decir que tu novio es representante de eventos”, dijo.

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Al salir del aeropuerto, intentó llamar a su contacto para avisar que había aterrizado en México. En ese momento, un hombre se acercó y le preguntó si iba con Melisa, a lo que ella respondió afirmativamente y se fue con él. Alison aseguró que en el lugar esperaron también a otra mujer procedente de Barranquilla.

Tras tres horas de espera, “llegó una chica preciosa, una muñeca de 18 años. Una costeña hermosa. Ella llegó súper feliz y abrazó al señor”. Ambas empezaron a platicar en la parte de atrás del vehículo y coincidieron en que habían sido llamadas por una amiga para ese trabajo.

Al llegar a una casa que Alison describió como “muy bonita”, no había nada que le generara desconfianza hasta ese momento. Allí apareció otra mujer colombiana llamada Angélica, quien sería la encargada de estar pendiente de ambas chicas.

En la casa, Alison pudo comunicarse con su familia y luego le asignaron una habitación. Al día siguiente, se encontró con su amiga Milena, con quien pasó la mayor parte del día. Por la tarde, un hombre llamado Édgar se presentó como el encargado de la elaboración del contrato.

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Édgar le solicitó el dinero que le habían enviado previamente por si tenía inconvenientes en Migración y le pidió el pasaporte. “Ustedes van a firmar un contrato por 170 mil pesos mexicanos -unos 40 millones de pesos colombianos-. Yo no dimensionaba en ese instante la cantidad de dinero”, dijo.

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El primer día de trabajo


A los dos días, el hombre llegó con unos “uniformes blancos, no eran vulgares, pero debieron darme indicios de que estaba en problemas”, aseguró Alison. Mencionó que ya llevaba una semana en el lugar, pero seguía pensando que había reglas que cumplir. “Cuando sentí la necesidad de salir, ahí entendí que estaba en problemas”, reveló.

Cuando llegó al restaurante, se encontró con otras 22 mujeres que portaban el mismo uniforme. “Antes de abrir el restaurante, nos ponían en una escalera de menor a mayor a recibir a los clientes. Al principio entraron por lo menos 15 personas, todos eran hombres...Una de las mujeres pidió una botella y dos fichas, yo no sabía qué eran esas fichas hasta que alguien me dijo que eso es lo que contaban para nosotras en la deuda”.

Luego de una semana de trabajo, Alison relató que otras chicas que laboraban en el lugar le preguntaban por qué ella no sabía lo que tenía que hacer. “Una paisa me dijo ‘tranquila que a todas nos pasó. Los primeros días son difíciles cuando tú no sabes a lo que vienes, pero ya después no pasa nada’”.

En esa conversación se enteró que su amiga Milena era pareja del hombre que era “dueño de todo”. En ese momento, con el deseo de devolverse a Colombia, el hombre que les explicó lo del contrato le dijo: “¿por qué son tan ilusas e inocentes?”. Además, le explicó que tenía que “conseguir el dinero de la deuda”, para que ella quedara “libre”.

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"Llegamos al infierno”


Alison aseguró que siempre tenía presente la voz de su mamá, esa que le decía “no se meta en tal cosa que eso es trata de personas, cuidado cuando le ofrezcan una entrevista de trabajo porque puede ser trata de personas. Yo siempre lo vi tan lejano”.

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No obstante, aseguró que después de estar en ese lugar fue llevada a otro. “Llegamos al infierno”, afirmó. Dijo que la deuda no disminuía, pese a los días de trabajo que pasaban.

“Cada vez veía más lejos el salir de ahí, pero pensaba que tenía que ver a mi mamá, que no le podía decir”, relató y añadió que con los días “no tenía otra opción”.

Alison también confesó que durante ese tiempo se enteró de que muchas mujeres no salían vivas de ese lugar “porque se portaron mal y se salieron de las reglas”.

“La trata de personas, la prostitución y la explotación sexual no existirían si no tuvieran a quién venderle eso... Lo que yo vi en los ojos de todos esos hombres ahí fue como ver a un león hambriento, algo tan vulnerable sobre esa tarima y que todos lo quisieran tocar”, agregó.

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En medio de la incertidumbre, las lágrimas y el miedo, Alison encontró la fuerza para salir adelante y buscar una salida. Un operativo rescató a las mujeres del lugar, las autoridades solicitaron los datos de cada una y finalmente regresó al país.

Su valentía la llevó a compartir su historia, con la esperanza de que otras mujeres no caigan en la misma situación.

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