El precio de los nichos y tumbas en Polonia se incrementó alrededor de un 50% en los últimos meses, según las estimaciones del Observatorio Público del Consumidor, una situación que ha empujado a miles de personas a alquilar o vender las tumbas de sus difuntos.
La mayoría de los cementerios polacos son de propiedad municipal o pertenecen a alguna parroquia, y en ambos casos se concede la ocupación gratuita de los nichos durante un período de 20 años, pero pasado este tiempo es necesario pagar una cantidad que va de los 220 a los 2.000 euros para extender el permiso de uso por otras dos décadas.
Con una inflación del 17,9 % en octubre, la más alta desde diciembre de 1996, son decenas de miles los polacos que han decidido traspasar el alquiler de las tumbas de sus familiares, lo que ha originado un inusual pero muy activo mercado.
La oferta es tan amplia que, por ejemplo, en una ciudad como Koszalin (norte), de poco más de 100.000 habitantes, se ofrecen 850 nichos y mausoleos a precios que van de los 500 por un nicho simple a los 25.000 euros por un mausoleo señorial, y en poblaciones como Śrem, cercana a Cracovia con menos de 30.000 habitantes, es posible encontrar hasta 590 tumbas en alquiler.
Publicidad
El vecino de Cracovia (sur) Kuba Kozłowski explica por teléfono cómo se enteró de que en unos meses deberá pagar "varios cientos" de euros para que los restos de su abuela, enterrados en un cementerio de esa ciudad, puedan permanecer en el nicho que ocupan.
"Pero si lo hago tendré que usar el dinero que estoy ahorrando para mi propio funeral", afirma, tras aclarar que está enfermo de cáncer en fase avanzada.
Publicidad
La única alternativa a tener que renovar los derechos por el uso de tumbas cada 20 años consiste en adquirir el terreno para una tumba o mausoleo a perpetuidad, pero su coste es excesivo para la mayoría de la gente.
En ciudades pequeñas, como Rybnik (sur), el precio por una parcela en el camposanto municipal es de unos 500 euros, pero en el caso del cementerio de Bródno, en Varsovia, los precios son diez veces mayores, mientras que en el resto de las grandes ciudades del país hay que pagar cerca de 2.000 euros.
La necesidad recaudatoria de algunos municipios ha provocado que se pongan en venta tumbas que estaban ocupadas por héroes de guerra, celebridades locales e incluso monumentos memoriales.
Por otra parte, la prensa polaca se hace eco de los cada vez más elevados costes de organizar un funeral debido a la inflación, un trance en el que el dolor por la pérdida de un ser querido se une al desembolso de cerca de 1.000 euros como mínimo, un incremento del 200 % con respecto al año pasado.