Luis, Richard y Jefferson salieron de su país, Venezuela, persiguiendo el “sueño americano”, pero en el camino se han encontrado con varias dificultades. Los migrantes partieron desde Colombia para llegar a Estados Unidos. En su travesía debieron cruzar por el Darién, Centroamérica y la frontera del país norteamericano hasta llegar al estado de Texas, donde fueron detenidos.
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Les informaron que tenían que continuar con su proceso de solicitud de asilo en el estado de Utah, pero su única forma de salir de Texas era tomando un bus que los llevara a la capital del país, Washington.
Ante la respuesta de las autoridades, Richard Fernández, uno de los migrantes venezolanos, expresó su descontento hacia el gobernador de Texas, Greg Abbot, pues afirmó que el mandatario tan solo los quiere "sacar del estado”.
Cerca de 200 autobuses con alrededor de 4.000 migrantes han sido despachados desde Texas hacia Washington, situación que le ha preocupado a la alcaldesa de la capital, Muriel Bowser, quien afirma que hay una crisis humanitaria. Por ello, solicitó la ayuda de 150 efectivos de la Guardia Nacional para establecer campamentos en la ciudad.
La situación no ha sido fácil para estos tres migrantes, pero lograron encontrar al padre Vidal Rojas, quien les ha brindado ayuda dándoles un refugio en su parroquia.
“Lo veo un poco irresponsable porque ella también viene de sangre inmigrante y en la ciudad de Washington hay mucha necesidad y mucho dinero”, expresó el padre Rojas, quien critica las acciones de la alcaldesa Bowser.