La tensión diplomática y judicial entre Chile y Venezuela por el secuestro y asesinato del teniente venezolano Ronald Ojeda, en Santiago de Chile, aumentó en las últimas horas.
El fiscal general chileno, Héctor Barros, descartó en la mañana de este viernes que el crimen tuviera una motivación extorsiva o fuera una venganza entre bandas criminales.
“Hemos establecido que esto no fue un autosecuestro, que no fue un secuestro extorsivo, que esto fue organizado por el Tren de Aragua, por una organización extranjera en contexto de crimen organizado, donde el perfil concreto que tiene la víctima nos lleva a concluir entonces que ninguna de las primeras hipótesis de que la víctima estuviera involucrada en hechos ilícitos o que el Tren de Aragua lo hubiese secuestrado para efecto de cobrar algún rescate, están absolutamente descartadas”, señaló Barros.
El fiscal ratificó que el crimen de Ojeda se ordenó desde Venezuela: “Yo lo que he dicho es que este es un delito transnacional que se organizó en Venezuela”.
Por su parte, la ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, también aseguró que el motivo del asesinato podría tener razones políticas.
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“El tema es cuál fue el móvil que tuvieron. La víctima no tiene, según la investigación, relación con el crimen organizado. No hay ningún elemento para considerar, por ejemplo, un autosecuestro y ninguna otra hipótesis. Eso es lo que ha llevado a la Fiscalía a pensar que la hipótesis más plausible es que haya habido un móvil político. Ahora, ¿de quién? Eso la misma investigación lo tiene que aclarar”, aseguró Tohá.
La alta funcionaria señaló que reclaman la colaboración de Venezuela para la captura y extradición de los autores materiales del crimen.
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“Esto que ha pasado en este crimen es importante para Chile. Le damos la mayor gravedad, pero también es importante para Venezuela ya que los ojos van a estar puestos en su comportamiento y la disposición de colaborar con la investigación tiene que demostrarse en hechos”, concluyó Tohá.
El pasado 21 de febrero el teniente venezolano Ronald Ojeda fue secuestrado en su apartamento, en Santiago de Chile, por hombres disfrazados de policías chilenos que lo raptaron a las 3:00 a.m. en frente de su familia. Nueve días después, su cuerpo apareció asfixiado y enterrado debajo de una construcción en un barrio de Santiago de Chile.
Por la huella digital que dejó el líder de los secuestradores en el ascensor se pudo dar con la identidad de Walter Rodríguez, un venezolano ligado a secuestros y crímenes cometidos por el Tren de Aragua.
En el 2015, Ojeda trabajó para el entonces gobernador del estado de Aragua, Tareck El Aissami.
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Ojeda estuvo en Cúcuta el pasado mes de diciembre en compañía del capitán Ángelo Heredia y otros desertores. Noticias Caracol reveló hace dos semanas la existencia de esa reunión y cómo la Dirección de Contrainteligencia Militar de Venezuela se alió con el ELN para secuestrar a Heredia en territorio colombiano. Y cómo también se alió con el Tren de Aragua para buscar a desertores e información de seguridad nacional.
Ojeda se salvó de esta operación, pero dos meses después fue asesinado en Santiago de Chile.
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Aunque la génesis de esta cacería trasnacional de desertores ocurrió en Colombia, las autoridades guardan silencio frente a estos hechos.