En Madrid, España, se abrió recientemente un club de masturbación para hombres llamado Pajas Entre Colegas. El lugar, según un artículo publicado en El País , fue creado por un ciudadano de 43 años llamado Nacho G.
De acuerdo con el informe publicado en el diario español, el proyecto se venía gestando desde hace años y Nacho lo materializó en “un antiguo bar de copas de unos 100 metros cuadrados con un aforo para 70 personas” en Alcorcón.
Paredes con grafitis, sillones amplios, música, poca iluminación y dos pantallas gigantes que emiten solo videos de hombres complaciéndose a sí mismos hacen parte de este club de masturbación, que no es algo nuevo en el mundo.
“Por lo general, cuando algún miembro termina, no se suele ir… Se queda para repetir tantas veces como quiera o pueda durante las tres horas que dura cada evento. Entre orgasmo y orgasmo siempre se charla, como si fuésemos viejos amigos, sin malos rollos. Sin vergüenza”, comenta Nacho en el artículo de El País.
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En este club de masturbación, según Nacho, no se discrimina a nadie, es decir, que no se evalúa a los posibles miembros “en función de la edad, la raza, el origen étnico, el tipo de cuerpo, el nivel de condición física o la orientación sexual”.
“Muchos hombres que vienen a nuestros eventos están casados o con novia y son felices con sus parejas. A mi juicio lo que buscan es lo que yo llamo la hermandad fálica. Esto no es nada nuevo, es perenne y universal, al igual que la masturbación masculina”, señala.
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Agrega que quienes van al club “buscan disfrutar, compartir esos sentimientos con otros hombres” y que eso “es la alternativa de relación abierta ideal para muchas personas con límites claros de intimidad”.
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“La masturbación en grupo no tiene nada que ver con el sexo y así lo ve mi pareja, como colegas que comparten tiempo de ocio”, puntualiza.
Según el informe de El País, la gran mayoría de los miembros de este club de masturbación se definen como homosexuales y Nacho asegura que un 30% no lo son.
Gabriel J. Martín, un psicólogo especializado en sexualidad, ve con buenos ojos los clubes de masturbación para hombres, pues pueden ayudar a combatir, por ejemplo, la “nosofobia, pánico a infectarse de una ITS (infección de transmisión sexual)”.
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“En estos locales pueden disfrutar de una experiencia morbosa con una percepción de máximo control sobre los riesgos que ellos asocian al contacto humano. Para hombres que se encuentran en fase muy aguda de esta fobia, este puede ser un recurso genial para que, poco a poco, vayan perdiendo el miedo y un paso previo a atreverse a relacionarse de una forma más estándar”.
Asimismo, de acuerdo con el informe de El País, el experto considera que hombres que estén en su proceso de aceptación como homosexuales pueden preferir estos espacios para explorar las sensaciones de estar junto a otro hombre desnudo sin sentir muy comprometida su identidad.
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