Los asuntos personales son algo que inevitablemente acompañan siempre a la par la función de la monarquía. Para entender el desafío que enfrenta Carlos III
se debe hablar de historia.
Isabel II heredó un imperio, pero fue coronada reina de solo siete países a diferencia de Carlos, que va a ser coronado en catorce países más el Reino Unido. Esto no quiere decir que el imperio se haya agrandado en los últimos 70 años, por el contrario, durante este periodo se ha desmembrado lo que era el gran Imperio británico.
Al final de la Primera Guerra Mundial, este gran imperio controlaba zonas en Asia, África, el Caribe y América. Además de ser una potencia marítima, pues controlaban todas las rutas, llegando a tener la armada más grande del mundo en ese momento.
También, controlaban el comercio global y toda la movilidad. Así lo hicieron hasta que se dio la Segunda Guerra Mundial, sobre todo, la estocada al imperio, que se da en 1947, cuando la India, la llamada la joya del imperio, decide independizarse y separarse de estos.
Fue entonces que se suscitó el hecho por el que el próximo rey del Reino Unido será coronado en 14 países, pues las diferentes independencias de estas naciones llevaron a que hoy en día se evidencie lo que quedó del Imperio británico.
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Para sobreponerse a esto, se creó la Mancomunidad de Naciones, mejor conocida como la Commonwealth.
La Commonwealth está conformada por 56 países que tienen 2.5 billones de personas, un tercio de la población mundial, y que, además, manejan el 12% del PIB global, muy importante para el Reino Unido.
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El 9% de su comercio es con países de esta mancomunidad, que se basa en temas de democracia, respeto y el estado de derecho.
Hay países en el Pacífico, que ven en la mancomunidad el desarrollo y, sobre todo, el acceso a un fondo de cooperación muy importante, lo que ha llevado a que países como Gabón y Togo, que no son excolonias británicas, hoy en día sean también parte de esta.
Carlos III tiene un gran reto para mantener esta organización, que como se mencionaba anteriormente, es importante para la cooperación, y el desarrollo de muchos países. El monarca debe mantener la unidad de la misma y, a su vez, ganarse el respeto de todos los líderes que la conforman.
Cabe recordar que, la reina Isabel II tenía una popularidad de 80% y el futuro rey solo tiene el 55%.
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Con el ingreso de países por fuera de lo que era el Imperio británico, esta mancomunidad puede pensar en tomar vuelo propio el día mañana y elegir un líder dentro de sus propios gobernantes. Está en manos de Carlos III mantener a la corona a la cabeza de esta organización.