Los habitantes de Francia intentan comprender qué llevó a una joven argelina en situación irregular a supuestamente violar y matar aLola, una niña de 12 años , el viernes en París, un crimen que impactó al país.
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"Una conmoción nacional", "onda expansiva"... la prensa llevaba en portada la trágica muerte de esta menor en un barrio familiar del noreste de París, un suceso que la víspera provocó un duro cruces de reproches entre gobierno y oposición de derecha y ultraderecha.
"No es el momento de hacer un juicio político. Es el deseo de los padres", dijo el vocero gubernamental, Olivier Véran, que urgió a confiar en la justicia para obtener "todas las respuestas".
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Un editorial del diario Le Figaro resumía los interrogantes que se plantean los franceses desde el viernes por la noche, cuando un habitante de calle de 42 años halló el cadáver dentro de un baúl en el exterior del inmueble donde vivía la niña.
"¿Por qué Lola? ¿Por qué se cruzó con la muerte un viernes por la tarde en la entrada de su casa? ¿Por qué semejante ensañamiento? La investigación empieza. La tragedia no desveló todos sus secretos", escribió ese medio de comunicación.
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La incomprensión es aún mayor en el familiar y tranquilo barrio del noreste de París donde ocurrieron los hechos y donde es común que menores de la edad salgan de casa y vayan y vuelvan solos de uno de los múltiples colegios de la zona.
"Podrían haber sido nuestros hijos, estamos conmocionados", dijo a AFP Farida Ferhat, una madre de 51 años ante el centro educativo donde estudiaba la víctima, lamentando la falta de "seguridad" en el barrio.
Parte de las respuestas de lo sucedido las podría tener Dahbia B., una mujer de origen argelino y en situación irregular en Francia. Detenida el sábado en la mañana, se encuentra en prisión preventiva acusada de "homicidio" y "violación agravada".
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"Entre reconocimiento y negación"
Los investigadores intentan determinar qué ocurrió exactamente y qué motivó el homicidio. El martes, la fiscal de la República en París, Laure Beccuau, desveló los primeros elementos de la investigación confiada a tres jueces de instrucción.
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El viernes por la tarde, la madre de Lola señaló la desaparición a la policía después que su hija no regresara del centro de secundaria Georges Brassens, situado a unos 300 metros de su residencia, donde el padre trabaja como portero.
Las imágenes de videovigilancia muestran a la niña entrando en el inmueble junto a la sospechosa, que por su parte sale unas dos horas después, con equipaje. La autopsia determinó que murió asfixiada.
Según Le Parisien, la sospechosa la obligó a ducharse en el apartamento de su hermana en la residencia antes de infligirle actos considerados como violación. El cadáver presentaba marcas de arma blanca en cuello, cara y espalda.
Una vez en la calle, la presunta asesina habría pedido ayuda para trasladar el baúl con el cuerpo a un municipio al noroeste de la capital, según el medio de comunicación. Al final, recurrió a un amigo conductor que la ayudó, pero esta regresó con su macabro equipaje en la noche con otro chofer.
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En custodia policial, las declaraciones de la sospechosa "oscilaban entre el reconocimiento y la negación de los hechos", según el comunicado de la fiscal. Un documento consultado por AFP apunta que "no mostró empatía" con la víctima.
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Cruce de reproches
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La policía conocía a la sospechosa, que presentaría problemas psicológicos y una caótica historia de vida marcada por la marginalización y el drama, ya que en 2018 fue víctima de violencia doméstica.
Un primer examen psicológico determinó que podía ser interrogada.
La trágica muerte de Lola puso contra las cuerdas al gobierno, acusado de tardar en expresar su compasión con la familia. El presidente francés, Emmanuel Macron, recibió a los padres de la joven el martes.
Ese día, su ejecutivo tuvo que defenderse en el parlamento de las acusaciones de la derecha y de la ultraderecha de "laxismo" en política migratoria. El ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, los acusó de instrumentalizar el "féretro de una niña".
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Los padres de Lola "sobre todo no quieren un uso político" de su muerte, aseguró a Le Parisien, el alcalde del pueblo de Fouquereuil, Gérard Ogiez, de donde es oriunda la familia de la víctima y donde pasan el duelo.
La ultraderecha tiene previsto concentrarse en el barrio de la víctima el jueves por la noche.
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