La elefanta, cariñosamente conocida como Sengamalam, fue llevada a un templo en el sur de la India en 2003 y desde entonces su entrenador le ha brindado el mayor cuidado y tratamiento.
La baña tres veces al día durante los veranos y al menos dos veces en otras estaciones. También cuida de su peinado.
Sengamalam, además, toca la armónica con su trompa dejando a los visitantes impresionados.
Cabe recordar que los elefantes son profundamente venerados en la India, donde el Dios con cabeza de elefante Ganesha es uno de los más populares del Panteón hindú.
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